Evangelio del día | 23 de Junio | 12º Semana del Tiempo Ordinario
LOS BIENES QUE NECESITAS Y LOS QUE QUISIERAS
Evangelio martes 23 de junio
Evangelio martes 23 de junio de 2020
Décima segunda semana
Tiempo Ordinario / Ciclo A
Hay acontecimientos, misterios, experiencias que no entiende (ni le importan) a una persona de fuera. La discreción y la prudencia son indispensables. Hay que tener en cuenta la capacidad de escucha y las disposiciones de aquellos a quienes se les anuncia el Reino y no precipitarnos al compartir con ellos nuestros tesoros. Cada cual quiere para sí mismo lo mejor. Pues lo mejor es lo que tenemos que querer y procurar para los demás. Siempre está presente la tentación de dejar de ser generoso, amable, acogedor, etc con quien nos ha tratado mal, aunque nosotros hayamos sido maravillosos con ellos. Nuestra opción y principios no pueden cambiar, condicionados por lo que recibimos a cambio.
El camino de los seguidores es angosto. Resulta fácil no advertirlo, resulta fácil falsearlo, resulta fácil perderlo, incluso cuando uno ya está en marcha por él. En cualquier instante podemos caer. Pero si veo a Jesucristo precediéndome paso a paso, si sólo le miro a él y le sigo paso a paso, me siento protegido. Si me fijo en lo peligroso de lo que hago, si miro al camino en vez de a aquel que me precede, mi pie comienza a vacilar. Porque él mismo es el camino. Es el camino angosto, la puerta estrecha. Sólo interesa encontrarle a él. (CMF)
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R/.
EVANGELIO
Traten a los demás como quieren
que ellos los traten a ustedes.
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No den a los perros las cosas santas ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes y los despedacen. Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas.
Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y amplio el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por él. Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran!».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.