Reflexión al Evangelio | 13 de Julio | 15º Semana – Tiempo Ordinario
ROMPER LA PAZ FALSA
Reflexión al Evangelio lunes 13
Reflexión al Evangelio lunes 13 de julio de 2020
Décima quinta semana / Tiempo Ordinario
Ciclo A
Cuando se decide tomar en serio la vida cristiana se puedan dar rupturas e incomprensiones incluso con la misma familia. No se trata de no vivir con dedicación y fidelidad las relaciones familiares, pero se debe meter en el centro de nuestras prioridades el seguimiento de Jesús el amor a él «con todo el corazón, con toda la mente, con todas nuestras fuerzas» (Mc12,30). Seguir al Maestro implica para el discípulo morir a su mismo. Curiosamente al perder la propia vida, al entregarla al servicio del Reino de Dios, es cuando la encontramos en plenitud, porque se entra en la dinámica del don, en la donación de la propia vida. En los planes de Dios éste es el camino hacia la vida verdadera. No es demasiado cómodo o agradable, pero éstas son las condiciones de Dios.
Pidamos al Señor la gracia de hacer nuestro su estilo de vida, de vivir su propuesta novedosa y alternativa. Para que nuestras acciones, por pequeñas que sean, como dar un vaso de agua, sirvan para aliviar algo el sufrimiento de nuestro mundo y ser una Buena Noticia para los que nos rodean. (CMF)
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 10
R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
No he venido a traer la paz, sino la guerra.
Del santo Evangelio según san Mateo 10, 34-11, 1
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: «No piensen que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la guerra. He venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y los enemigos de cada uno serán los de su propia familia.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí, el que salve su vida, la perderá y el que la pierda por mí, la salvará. Quien los recibe a ustedes, me recibe a mí; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado.
El que recibe a un profeta por ser profeta, recibirá recompensa de profeta; el que recibe a un justo por ser justo, recibirá recompensa de justo.
Quien diere, aunque no sea más que un vaso de agua fría a uno de estos pequeños, por ser discípulo mío, yo les aseguro que no perderá su recompensa». Cuando acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, Jesús partió de ahí para enseñar y predicar en otras ciudades.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Para la reflexión personal
- ¿Me entrego, sin titubeos a Dios y a nuestros hermanos, como Jesús se entrega a sí mismo por nosotros?
- ¿Soy presa fácil del miedo y prefiero no involucrarme cuando veo injusticias?
- ¿Estoy comprometido a buscar al bien común, llevado por el sentido de justicia social y por un espíritu de servicio desinteresado?
- ¿Mis oraciones y adoración al Señor me lleva a comprometerme más seriamente por las causas por las que oro?
Oración
Hemos aceptado tu invitación para seguir a tu Hijo Jesús como discípulos. Que tu Santo Espíritu nos dé sabiduría y fortaleza para tomar en serio nuestra fe y para aceptar nuestra misión en la vida con todas sus consecuencias. Y que nos ayude a seguir a tu Hijo sin miedo y sin desaliento, porque estamos convencidos de que Jesús nos llevará a ti.