Santa María Magdalena | Lecturas 22 de Julio – Fiesta

BUSCANDO AL AMOR DE MI ALMA
Santa María Magdalena

Lecturas miércoles 22 de julio de 2020
Fiesta de Santa María Magdalena
Décima sexta semana / Tiempo Ordinario
Ciclo A

PRIMERA LECTURA

Encontré al amor de mi alma.
Del libro del Cantar de los cantares 3, 1-4

Esto dice la esposa: «En mi lecho, por las noches, a mi amado yo buscaba. Lo busqué, pero fue en vano. Me levantaré. Por las plazas y barrios de la ciudad buscaré al amor de mi alma.
Lo busqué, pero fue en vano. Y me encontraron los guardias de la ciudad, y les dije: ‘¿Qué no vieron a aquel que ama mi alma?’. Y apenas se fueron, encontré al amor de mi alma». Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9.
R/. Señor, mi alma tiene sed de ti.

Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora, como el suelo reseco añora el agua. R/.

Para admirar tu gloria y tu poder, anhelo contemplar te en el santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios. R/.

Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma; te alabaré con júbilo en los labios. R/.

Fuiste mi auxilio y a tu sombra, canté lleno de gozo. A ti se adhiere mi alma y tu diestra me da seguro apoyo. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.

¿Qué has visto de camino, María en la mañana? A mi Señor glorioso, la tumba abandonada. R/.

EVANGELIO

Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?
Del santo Evangelio según san Juan 20, 1-2.11-18

El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto».
María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron: «¿Por qué estás llorando, mujer?». Ella les contestó: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto».

Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: «Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?». Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: «Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto». Jesús le dijo: «¡María!». Ella se volvió y exclamó: «¡Rabbuní!», que en hebreo significa ‘maestro’. Jesús le dijo: «Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios’ «.
María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje. 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús

Reflexión al Evangelio por Fray Oswaldo Escobar, ocd.
Obispo de Chalatenango
Meditación Teresiana por Fray Oswaldo Escobar, ocd.
Obispo de Chalatenango

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *