Reflexión al Evangelio 29 de agosto | El Martirio de San Juan Bautista – Memoria

EL PELIGRO DE LOS CORAZONES INDECISOS
Memoria Martirio san Juan Bautista

Reflexión al Evangelio
Memoria de El Martirio de San Juan Bautista
Sábado 29 de agosto de 2020
Vigésima primera semana / Tiempo Ordinario
Año Par

Introducción

El “hombre más grande nacido de mujer” terminó solo, en una celda oscura de la cárcel, por el capricho de una bailarina vanidosa, el odio de una mujer diabólica y la corrupción de un rey indeciso. Es un mártir, que dejó que su vida disminuyese, disminuyese, disminuyese, para dar lugar al Mesías. La vida sólo tiene valor al donarla, al donarla en el amor, en la verdad, al donarla a los demás, en la vida cotidiana, en la familia.

Donarla siempre. Si alguien toma la vida para sí mismo, para custodiarla, como el rey en su corrupción, o la señora con el odio, o la joven, la muchacha, con su propia vanidad – un poco adolescente, inconsciente – la vida muere, la vida termina marchitada, non sirve.recuerden la imagen, que piensen en los cuatro personajes: el rey corrupto, la señora que sólo sabía odiar, la muchacha vanidosa que no tiene consciencia de nada, y el profeta decapitado solo en su celda. Ver eso, y que cada uno abra el corazón para que el Señor nos hable sobre esto. (Papa Francisco, homilia en santa Marta, 8 de febrero 2019)

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 10
R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Quiero que me des ahora mismo, en una charola,
la cabeza de Juan el Bautista.
Del santo Evangelio según san Marcos 6, 17-29

En aquel tiempo, Herodes había mandado apresar a Juan el Bautista y lo había metido y encadenado en la cárcel. Herodes se había casado con Herodías, esposa de su hermano Filipo, y Juan le decía: «No te está permitido tener por mujer a la esposa de tu hermano». Por eso Herodes lo mandó encarcelar. Herodías sentía por ello gran rencor contra Juan y quería quitarle la vida, pero no sabía cómo, porque Herodes miraba con respeto a Juan, pues sabía que era un hombre recto y santo, y lo tenía custodiado.

Cuando lo oía hablar, quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo. La ocasión llegó cuando Herodes dio un banquete a su corte, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea, con motivo de su cumpleaños. La hija de Herodías bailó durante la fiesta y su baile les gustó mucho a Herodes y a sus invitados.

Pídeme lo que quieras y yo te lo daré

El rey le dijo entonces a la joven: «Pídeme lo que quieras y yo te lo daré». Y le juró varias veces: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino». Ella fue a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?». Su madre le contestó: «La cabeza de Juan el Bautista». Volvió ella inmediatamente junto al rey y le dijo: «Quiero que me des ahora mismo, en una charola, la cabeza de Juan el Bautista».

El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convidados, no quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su madre. Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron. 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Fray Nelson Medina, O.P.
El peligro de los corazones indecisos
MEMORIA DEL MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA
La indecisión en las cosas de Dios, ese no terminar de resolver, ese mantenerse como entre dos aguas siempre termina en traición.
Para la reflexión personal
  • ¿Como reaccionaría si alguna vez tengo que padecer algo por mi fe, o por ser fiel a la llamada que he recibido del Señor?
  • ¿Como trato de dar testimonio de mi amor a Cristo y a la Iglesia, en mi vida ordinaria?
Oración

Padre amado, te pedimos, por intercesión de san Juan Bautista, que murió como porque se alzó con valentía en favor de la integridad y de  la verdad, nos des la valentía para hablar claro cuando sea necesario en el nombre del evangelio y para dar  testimonio de palabra y de acción de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

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