Lecturas 7 de octubre | Nuestra Señora del Rosario – Memoria.
EL SANTO ROSARIO, UNA ARMA PODEROSA
Lecturas miércoles 7 de octubre
Lecturas miércoles 7 de octubre de 2020
Nuestra Señora del Rosario – Memoria
Vigésima séptima semana / Tiempo Ordinario
Año Par
PRIMERA LECTURA
Hechos de los apóstoles 1, 12-14
Se dedicaban a la oración, junto con María, la madre de Jesús
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles
Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado. Llegados a casa, subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago.
Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Lucas 1, 46-47. 48-49. 50-51. 52-53. 54-55
Bienaventurada eres, Virgen María,
que llevaste en tu seno al Hijo del Padre eterno. R/.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. R.
Porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo. R.
Y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón. R.
Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos. R.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lucas 1, 28
R/. Aleluya. Aleluya
Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú eres entre las mujeres. R/
EVANGELIO
San Lucas 1, 26-38
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
Lectura del santo evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
—«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo:
—«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
—«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».
El ángel le contestó:
—«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios.
Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible».
María contestó:
—«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y la dejó el ángel.
Palabra del Señor. Gloria a ti Señor.