Reflexión Evangelio 23 de noviembre | 34º Semana | Tiempo Ordinario – Año Par
¿QUÉ SIGNIFICA LA LIMOSNA?
Reflexión Evangelio 23 de noviembre
Reflexión Evangelio lunes 23 de noviembre de 2020
Última semana / Tiempo Ordinario
Año Par
Introducción
La práctica de la limosna está recomendada en todo el texto sagrado, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento; desde el Pentateuco a los Libros Sapienciales, desde el Libro de los Hechos a las Cartas Apostólicas. Pues bien, a través de un estudio de la evolución semántica de la palabra, sobra la que se han formado incrustaciones menos genuinas, debemos volver a encontrar el significado verdadero de la limosna, y sobre todo la voluntad y la alegría de dar limosna.
Limosna, palabra griega, significa etimológicamente compasión y misericordia. Circunstancias diversas e influjos de una mentalidad restrictiva han alterado y profanado en cierto modo su primigenio significado, reduciéndolo tal vez a un acto sin espíritu y sin amor.
Pero la limosna, en sí misma, se entiende esencialmente como actitud del hombre que advierte la necesidad de los otros, que quiere hacer partícipes a los otros del propio bien. ¿Quién diría que no habrá siempre otro que tenga necesidad de ayuda, ante todo espiritual, de apoyo, de consuelo, de fraternidad, de amor? El mundo está siempre muy pobre de amor.
Definida así, la limosna es acto de altísimo valor positivo, de cuya bondad no está permitido dudar, y que debe encontrar en nosotros una disponibilidad fundamental de corazón y de espíritu, sin la cual no existe verdadera conversión a Dios.
Aun cuando no dispongamos de riquezas y de capacidades concretas para subvenir a las necesidades del prójimo, no podemos sentirnos dispensados de abrir nuestro espíritu a sus necesidades y de aliviarlas en la medida de lo posible. Acordaos del óbolo de la viuda, que echó en el tesoro del templo sólo dos pequeñas monedas, pero juntamente todo su gran amor: «Esta echó de su indigencia todo lo que tenía para el sustento» (Lc 21,4). (San Juan Pablo II. Discurso 28 de marzo de1979)
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 24, 42. 44
R/. Aleluya, aleluya.
Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre. R/.
EVANGELIO
San Lucas 21, 1-4
Vio a una viuda pobre que echaba dos moneditas.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en las alcancías del templo. Vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos moneditas, y dijo: «Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Para la reflexión personal
- ¿Hay algo en nuestro corazón que no sea del Señor? ¿Tiempo, bienes, amigos…?
- ¿Qué nos pide Jesús ahora? ¿Qué cosas deberíamos quizá cortar o dejarlas en segundo plano?
Oración
Padre generoso, el pueblo sencillo con frecuencia nos avergüenza por su total generosidad y sincera lealtad. Danos, Señor, la gracia de percatarnos de que, como tu Hijo, los verdaderamente pobres de corazón con frecuencia nos muestran quién eres tú: Un Dios que se da a sí mismo. Danos también a nosotros esa clase de lealtad y de amor generoso. Amén.