Reflexión Evangelio 26 de noviembre | 34º Semana | Tiempo Ordinario – Año Par
DICHOSO EL QUE TIENE A JESÚS POR GUÍA
Reflexión Evangelio 26 de noviembre
Reflexión Evangelio jueves 26 de noviembre de 2020
Última semana / Tiempo Ordinario
Año Par
Introducción
“El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse” (Hch 1,11). Vendrá, dicen estos ángeles, de la misma manera. ¿Vendrá pues, a buscarnos con este cortejo único y universal, bajará precedido de todos los ángeles y seguido de todos los hombres para juzgar a los vivos y a los muertos? Sí, es totalmente cierto que vendrá, pero vendrá de la misma manera que subió al cielo, no tal como bajó la primera vez.
En efecto, cuando vino la otra vez para salvar nuestras almas, fue en humildad. Pero cuando vendrá para sacar este cadáver del sueño de la muerte para “hacerle semejante a su cuerpo glorioso” (Flp 3,21) y llenar de honor esa vasija hoy tan débil, se mostrará en todo su esplendor. Entonces veremos, en todo su poder y majestad a aquel que antaño se escondió bajo la debilidad de nuestra carne…
Cristo, siendo Dios, no podía engrandecer, porque no hay nada más allá de Dios. Y, sin embargo, encontró el medio de crecer: descendiendo, viniendo para encarnarse, sufrir, morir para arrancarnos de la muerte eterna. “Por eso Dios lo exaltó (Flp 2,9). Lo resucitó y se ha sentado a la derecha de Dios. También tú, ve y haz lo mismo: no podrás subir si no comienzas por descender: “El que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido” (Lc 14,11).
¡Dichoso será, Señor Jesús, aquel que sólo te tiene a ti por guía! Que podamos seguirte, nosotros que somos “tu pueblo y las ovejas de tu rebaño” (Sl 78,13), que podamos, por ti, ir hacia ti, porque tú eres “el camino, la verdad, la vida” (Jn 14,6). El camino por medio del ejemplo, la verdad por tus promesas, la vida porque eres tú nuestra recompensa. “Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros sabemos y creemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo” (Jn 6,69;Mt, 16,16) y Dios más alto que todas las cosas, bendito por siempre jamás. (San Bernardo, abad. 2º sermón para la Ascensión.)
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 21, 28
R/. Aleluya, aleluya.
Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
San Lucas 21, 20-28
Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo señalado por Dios.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Cuando vean a Jerusalén sitiada por un ejército, sepan que se aproxima su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen de ella; los que estén en el campo, que no vuelvan a la ciudad; porque esos días serán de castigo para que se cumpla todo lo que está escrito.
¡Pobres de las que estén embarazadas y de las que estén criando en aquellos días! Porque vendrá una gran calamidad sobre el país y el castigo de Dios se descargará contra este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumpla el plazo que Dios les ha señalado.
Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra, las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán.
Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Para la reflexión personal
- Jesús viene a visitarnos todos los días en la Comunión. ¿Estoy poniendo todos los medios para darle recibirlo?
- ¿Buscamos tener un encuentro con Jesús para iluminar y transformar mi vida? ¿Nos causa alegría saber que nuestra liberación está cerca?
Oración
Señor Dios nuestro, somos tu pueblo en marcha, que trata de llevar a cabo la tarea de modelar aquí en el mundo tu reino de amor y paz.
Cuando nos sintamos desalentados y con miedo, mantennos firmes caminando en esperanza. Haznos estar siempre vigilantes en oración
para que percibamos los signos de la venida de tu Hijo. Que Jesús camine con nosotros ya ahora en el camino que él mismo nos ha trazado,
para que nos conduzca hacia ti, nuestro Dios vivo. Amén