Reflexión Evangelio 12 de diciembre | Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América – Solemnidad
EL MEJOR HOMENAJE A MARÍA:
Reflexión Evangelio 12 de diciembre
Reflexión Evangelio sábado 12 de diciembre de 2020
Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América – Solemnidad
Sábado II Semana de Adviento / Ciclo A, B y C
Introducción
La devoción a la Virgen Santísima de Guadalupe debe ser para todos vosotros una constante y particular exigencia de auténtica renovación cristiana. La corona que ella espera de todos vosotros no es tanto una corona material, sino una preciosa corona espiritual, formada por un profundo amor a Cristo y por un sincero amor a todos los hombres: los dos mandamientos que resumen el mensaje evangélico. La misma Virgen Santísima, con su ejemplo, nos guía en estos dos caminos.
En primer lugar, nos pide que hagamos de Cristo el centro y la cumbre de toda nuestra vida cristiana. Ella misma se oculta, con suprema humildad, para que la figura de su Hijo aparezca a los hombres con todo su incomparable fulgor. Por eso, la misma devoción mariana alcanza su plenitud y su expresión más exacta cuando es un camino hacia el Señor y dirige todo el amor hacia él, como ella supo hacerlo, al entrelazar en un mismo impulso la ternura de madre y la piedad de creatura.
Pero además, y precisamente porque amaba tan entrañablemente a Cristo, nuestra Madre cumplió cabalmente ese segundo mandamiento que debe ser la norma de todas las relaciones humanas: el amor al prójimo. Un cristiano no puede menos que demostrar su solidaridad para solucionar la situación de aquellos a quienes aún no ha llegado el pan de la cultura o la oportunidad de un trabajo honorable y justamente remunerado; no puede quedar insensible mientras las nuevas generaciones no encuentren el cauce para hacer realidad sus legítimas aspiraciones.
Esto es lo que hoy os pide la Virgen de Guadalupe, ésta la fidelidad al Evangelio, de la que ella supo ser el ejemplo eminente. (Papa Pablo VI. Al pueblo mexicano. L’Osservatore Romano, 18 de octubre de 1970)
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 1, 47
R/. Aleluya, aleluya.
Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador. R/.
EVANGELIO
San Lucas 1, 39-48
Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno.
Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor». Entonces dijo María: «Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Para la reflexión personal
Oración
Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe, muéstrate como Madre compasiva con nosotros, haznos anunciadores del Evangelio, que sepamos comprender a todos, participando de sus gozos y esperanzas, de todo lo que inquieta sus vidas. Anima nuestro deseo vivo y eficaz de ser almas valientes, audaces, atrevidas para sembrar el bien, procurando, sin respetos humanos, que no haya rincones de la sociedad en los que no se conozca a Cristo. «¡Reina de los Apóstoles! Ayúdanos a servir con prontitud y sin reserva a la causa de tu Hijo, la causa del Evangelio. Amén.