Reflexión Evangelio 5 de Enero | Martes después de Epifanía – Tiempo de Navidad
TE AMA TAL Y COMO ERES
Reflexión Evangelio 5 de Enero
Reflexión Evangelio 5 de Enero de 2021
Martes después de Epifanía
Tiempo de Navidad
Reflexión
El amor en sí es hermoso, amar es bonito. Sin embargo, un amor sincero se hace fuerte y crece en el don de la propia vida. Esta palabra amor es una palabra que se usa muchas veces, pero no se sabe, cuando se usa, qué significa exactamente.
¿Qué es el amor? A veces pensamos en el amor de las telenovelas: no, eso no parece amor. O bien, nos puede parece un entusiasmo por una persona y luego… se apaga. ¿De dónde viene el verdadero amor? Todo el que ama ha nacido de Dios (…), porque Dios es amor. No dice: Todo amor es Dios, sino: Dios es amor.
Juan subraya una característica del amor de Dios: ama primero. Lo demuestra la escena del Evangelio (Mc 6,34-44) de la multiplicación de los panes, propuesta por la liturgia: Jesús mira a la multitud y tiene compasión, que no es lo mismo que tener pena.
Porque el amor que Jesús tiene por las personas que le rodean le lleva a padecer con ellos, a implicarse en la vida de la gente. Y ese amor de Dios, jamás precedido por el amor del hombre, tiene mil ejemplos, desde Zaqueo a Natanael, hasta el hijo pródigo. Cuando tenemos algo en el corazón y queremos pedir perdón al Señor, es Él quien nos espera para darnos el perdón. (…)El Señor me espera, el Señor quiere que abra la puerta de mi corazón. Esta certeza debemos tenerla siempre.
Y si surgiese el escrúpulo de no sentirse dignos del amor de Dios, pues mejor, porque Él te espera tal y como eres, no como te dicen que se debe ser. Ir al Señor y decirle: Tú sabes Señor que te quiero. O si no soy capaz decirle eso: Tú sabes Señor que yo quisiera amarte, pero soy tan pecador, tan pecadora. Y Él hará lo mismo que hizo con el hijo pródigo, que se gastó todo el dinero en vicios: no te dejará acabar tu discurso, con un abrazo te hará callar: ¡el abrazo del amor de Dios! (SS Papa Francisco. Homilia en Santa Marta. Viernes 08 de enero del 2016.)
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 4, 18
R/. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para llevar a los pobres la buena nueva y anunciar la liberación a los cautivos. R/.
EVANGELIO
Marcos 6, 34-44
Al multiplicar los panes, Jesús se manifiesta como profeta.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos
En aquel tiempo, al desembarcar Jesús, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando, y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Cuando ya atardecía, se acercaron sus discípulos y le dijeron: «Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despide a la gente para que vayan por los caseríos y poblados del contorno y compren algo de comer». Él les replicó: «Denles ustedes de comer».
Ellos le dijeron: «¿Acaso vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?». Él les preguntó: «¿Cuántos panes tienen? Vayan a ver». Cuando lo averiguaron, le dijeron: «Cinco panes y dos pescados».
Entonces ordenó Jesús que la gente se sentara en grupos sobre la hierba verde y se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomando los cinco panes y los dos pescados, Jesús alzó los ojos al cielo, bendijo a Dios, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran; lo mismo hizo con los dos pescados.
Comieron todos hasta saciarse, y con las sobras de pan y de pescado que recogieron llenaron doce canastos. Los que comieron fueron cinco mil hombres.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Para la reflexión personal
El Señor nos ama primero, ¡siempre tendremos esa sorpresa! Cuando nos acercamos a Dios a través de las obras de caridad, de la oración, de la Comunión, de la Palabra de Dios, encontramos que Él ya estaba allí antes, esperándonos; ¡así nos ama! (SS Papa Francisco. Misa en Santa Marta Jueves 08 de enero del 2015.)
Oración
Señor, tú eres un Dios que nos ha dado infinitas pruebas de amor y de bondad, dándonos la mayor prueba de tu inmenso amor al enviarnos a tu Hijo amado como Salvador. Te has mostrado grande de corazón ofreciéndonos el don renovado del maná, esto es, del pan de la Palabra y de la eucaristía, sacramentos de tu amor divino. Nunca has olvidado llamar a ti incluso a aquellos que se sienten suficientes y seguros, porque sólo tú eres la seguridad del hombre y la felicidad que llena el corazón.
Gracias por tu amor generoso y sin recato que nos hace descubrir tu verdadera identidad. Amén.