Lunes Segunda Semana de Pascua | Reflexión al Evangelio – Ciclo A, B y C
NACER DE NUEVO
Lunes Segunda Semana de Pascua
Lunes Segunda Semana de Pascua
Reflexión al Evangelio 12 de abril de 2021
Ciclo A, B y C
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Col 3, 1)
R/. Aleluya, aleluya.
Puesto que han resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. R/.
EVANGELIO
Juan 3, 1-8
El que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Juan
Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos, que fue de noche a ver a Jesús y le dijo: «Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer las señales milagrosas que tú haces, si Dios no está con él».
Jesús le contestó: «Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el Reino de Dios». Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede nacer un hombre siendo ya viejo? ¿Acaso puede, por segunda vez, entrar en el vientre de su madre y volver a nacer?».
Le respondió Jesús: «Yo te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, es carne; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: ‘Tienen que renacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu».
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión
Jesús no habla de volver a nacer biológicamente, como no hablaba del agua del pozo con la samaritana, ni del pan material cuando anunciaba la Eucaristía. Pero Jesús no se impacienta. Razona y presenta el misterio del Reino. No impone: propone, conduce. Jesús ayuda a Nicodemo a profundizar más en el misterio del Reino.
Creer en Jesús -que va a ser el tema central de todo el diálogo- supone «nacer de nuevo», «renacer» de agua y de Espíritu. La fe en Jesús -y el bautismo, que va a ser el rito de entrada en la nueva comunidad- comporta consecuencias profundas en la vida de uno. No se trata de adquirir unos conocimientos o de cambiar algunos ritos o costumbres: nacer de nuevo indica la radicalidad del cambio que supone el «acontecimiento Jesús» para la vida de la humanidad.
El evangelio, con sus afirmaciones sobre el «renacer», nos interpela a nosotros igual que a Nicodemo: la Pascua que estamos celebrando ¿produce en nosotros efectos profundos de renacimiento? El día de nuestro Bautismo recibimos por el signo del agua y la acción del Espíritu la nueva existencia del Resucitado.
Nacer de nuevo es recibir la vida de Dios. No es como cambiar el vestido o lavarse la cara. Afecta a todo nuestro ser. Ya que creemos en Cristo y vivimos su vida, desde el Bautismo, tenemos que estar en continua actitud de renacimiento, sobre todo ahora en la Pascua: para que esa vida de Dios que hay en nosotros, animada por su Espíritu, vaya creciendo y no se apague por el cansancio o por las tentaciones de la vida. (José Aldazabal. Enséñame tus Caminos. El Tiempo Pascual Día tras Día. , Vol. 3, CPL, Barcelona, 1999)
Reflexión Lunes Segunda Semana de Pascua
Para la reflexión personal
Celebrar la Pascua es revivir aquella gracia bautismal. La noche de Pascua, en la Vigilia, renovamos nuestras promesas bautismales. ¿Fueron unas palabras rutinarias, o las dijimos en serio? ¿hemos entendido la fe en Cristo como una vida nueva que se nos ha dado y que resulta más revolucionaria de lo que creíamos, porque sacude nuestras convicciones y tendencias?
Oración
Señor Dios nuestro, nuestra fe es a veces tímida y vacilante, porque tenemos miedo de ser contrariados o ridiculizados. Que tu Espíritu nos aliente con fuerza y nos dé un poco al menos de su fortaleza, para que podamos luchar con valentía por lo que creemos y vivir consistentemente nuestra fe con coherencia. Danos tu Espíritu de sabiduría, el Espíritu por el que hemos renacido en el bautismo, y, gracias a él, consérvanos siempre jóvenes de mente y corazón, para que sigamos sirviéndote con el entusiasmo de nuestra juventud. Amén.
Lectura Espiritual:
Hablar con Dios
Por si no lo leíste:
Reflexión al Evangelio 2do Domingo de Pascua