Reflexión Sábado 28 de agosto | San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia -Memoria
¿QUEREMOS FRUSTRAR LA OBRA DE DIOS?
Reflexión Sábado 28 de agosto
Reflexión Sábado 28 de agosto de 2021
San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia
Memoria
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Jn 13, 34)
R/. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. R/.
EVANGELIO
Mateo 25, 14-30
Porque has sido fiel en cosas de poco valor, entra a tomar parte en la alegría de tu señor.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
«El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco millones; a otro, dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.
El que recibió cinco millones fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió un millón hizo un hoyo en la tierra y allí escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo regresó aquel hombre y llamó a cuentas a sus servidores.
Se acercó el que había recibido cinco millones y le presentó otros cinco, diciendo: ‘Señor, cinco millones me dejaste; aquí tienes otros cinco, que con ellos he ganado’. Su señor le dijo: ‘Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor’.
Se acercó luego el que había recibido dos millones y le dijo: ‘Señor, dos millones me dejaste; aquí tienes otros dos, que con ellos he ganado’. Su señor le dijo: ‘Te felicito, siervo bueno y fiel. Puesto que has sido fiel en cosas de poco valor, te confiaré cosas de mucho valor. Entra a tomar parte en la alegría de tu señor’.
Finalmente se acercó el que había recibido un millón y le dijo: ‘Señor, yo sabía que eres un hombre duro, que quieres cosechar lo que no has plantado y recoger lo que no has sembrado. Por eso tuve miedo y fui a esconder tu millón bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo’. El señor le respondió: ‘Siervo malo y perezoso. Sabías que cosecho lo que no he plantado y recojo lo que no he sembrado. ¿Por qué, entonces, no pusiste mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo recibiera yo con intereses? Quítenle el millón y dénselo al que tiene diez.
Pues al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que tiene poco, se le quitará aun eso poco que tiene. Ya este hombre inútil, échenlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y la desesperación’ «,
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión
La parábola de los talentos, situada en el marco del discurso escatológico, nos invita a tomar conciencia de la grandeza de la llamada a la vida cristiana y de la responsabilidad que esa llamada comporta. En efecto, con frecuencia no nos damos cuenta de que el Padre nos ha confiado un tesoro inestimable, y dejamos inactivo y sin que de fruto el talento destinado a adquirir la vida eterna para nosotros y para muchos hermanos.
Detrás de la imagen del talento -que equivaldría aproximadamente a una suma millonaria- se oculta la suma de los dones de gracia que nos ha otorgado el Señor. No se trata, por tanto, de dones particulares de la naturaleza, como el talento artístico o musical, sino más bien de bienes poco llamativos, aunque de capital importancia: la fe, la esperanza y la caridad -virtudes teologales conferidas en el bautismo-, la posibilidad de escuchar la Palabra de Dios y de conocer al Señor Jesús, la vida sacramental, el don de la oración, de la comunidad eclesial…
Toda Palabra de Dios que escuchamos es parte de este ingente patrimonio. Tal vez éramos millonarios sin saberlo y por eso el Señor ha venido hoy a avisarnos con claridad: «Lleva cuidado, porque tendrás que dar cuenta de todo esto, pues te lo he confiado para el bien de tus hermanos: con ese tesoro debes construir el Reino de Dios para los otros».
¿Queremos frustrar la obra de Dios?
Jesús nos ha enseñado muchas cosas. Nos ha hablado como nadie lo ha hecho, indicándonos el camino de la vida. Nos ha dado su mismo Espíritu, a fin de que podamos vivir según la voluntad del Padre. Él murió para romper las cadenas que nos ataban al pecado y resucitó para estar con nosotros hasta el final de los tiempos. ¿Queremos frustrar su obra?
Él nos ha dicho: «Perdonad y seréis perdonados» (cf. Mc 11,25) Éste es, por ejemplo, uno de los talentos que se nos ha confiado. Podemos sepultarlo o invertirlo: no nos faltarán las ocasiones concretas. Si optamos por hacerlo fructificar, el talento se multiplicará, porque el hermano al que hayamos perdonado podrá entrar también en la nueva lógica del amor más fuerte que la venganza y que el resentimiento.
Si queremos invertir los tesoros con los que Dios nos colma cada día, estaremos entre aquellos pobres que hacen ricos a muchos (cf. 2 Cor 6,10). Esta fidelidad a la Palabra de Jesús en lo poco de los asuntos cotidianos nos adquiere el mucho de la vida eterna. (G. Zevini, Lectio Divina. Verbo Divino (2008), pp. 477-483.)
Reflexión Sábado 28 de agosto de 2021
Para la reflexión personal
Es siempre escaso el tiempo con que podemos contar para realizar lo que Dios quiere de nosotros; no sabemos hasta cuándo se prolongarán esos días que forman parte de los talentos recibidos. Cada jornada podemos sacar mucho rendimiento a los dones que Dios ha puesto en nuestras manos: multitud de menudas tareas, cosas pequeñas casi siempre, que el Señor y los demás aprecian y tienen en cuenta.
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.
Oración
Renueva, Señor, en tu Iglesia el espíritu que infundiste en el obispo san Agustín, para que, llenos de ese mismo espíritu, tengamos sed solamente de ti, fuente de la verdadera sabiduría, y te busquemos como autor del amor verdadero. Haznos ver cuánto nos amas y cuánto quieres que encontremos la felicidad. Derrama tu gracia sobre nosotros para poder estar vigilantes, aprovechar bien el tiempo y los dones que nos regalas y ponerlos a su servicio, para que nuestra vida no sea insípida, no quede estancada. Amén.
Hoy celebramos la Memoria de:
San Agustín de Hipona:
Por su singular relevancia, san Agustín ejerció una influencia enorme y podría afirmarse, por una parte, que todos los caminos de la literatura latina cristiana llevan a Hipona (hoy Anaba, en la costa de Argelia), lugar donde era obispo; y, por otra, que de esta ciudad del África romana, de la que san Agustín fue obispo desde el año 395 hasta su muerte, en el año 430, parten muchas otras sendas del cristianismo sucesivo y de la misma cultura occidental.
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Por si no lo has visto
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