Reflexión jueves 21 de octubre | 29a. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar

UNA LUCHA CONSTANTE CONTRA EL MAL
Reflexión jueves 21 de octubre

Reflexión jueves 21 de octubre de 2021
29a. Semana Tiempo Ordinario
Año Impar

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Flp 3, 8-9)
R/. Aleluya, aleluya.

Todo lo considero una pérdida y lo tengo por basura, para ganar a Cristo y vivir unido a él. R/.

EVANGELIO

Lucas 12, 49-53
No he venido a traer la paz, sino la división.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡Y cómo me angustio mientras llega! ¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división.

De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra». 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

Hay una expresión de Jesús que siempre atrae nuestra atención y hace falta comprenderla bien. Mientras va de camino hacia Jerusalén, donde le espera la muerte en cruz, Cristo dice a sus discípulos: «¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división». Y añade: «En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra» (Lc 12, 51-53).

Quien conozca, aunque sea mínimamente, el evangelio de Cristo, sabe que es un mensaje de paz por excelencia; Jesús mismo, como escribe san Pablo, «es nuestra paz» (Ef 2, 14), muerto y resucitado para derribar el muro de la enemistad e inaugurar el reino de Dios, que es amor, alegría y paz. ¿Cómo se explican, entonces, esas palabras suyas? ¿A qué se refiere el Señor cuando dice —según la redacción de san Lucas— que ha venido a traer la «división», o —según la redacción de san Mateo— la «espada»? (Mt 10, 34).

La lucha constante contra el mal

Esta expresión de Cristo significa que la paz que vino a traer no es sinónimo de simple ausencia de conflictos. Al contrario, la paz de Jesús es fruto de una lucha constante contra el mal. El combate que Jesús está decidido a librar no es contra hombres o poderes humanos, sino contra el enemigo de Dios y del hombre, contra Satanás. Quien quiera resistir a este enemigo permaneciendo fiel a Dios y al bien, debe afrontar necesariamente incomprensiones y a veces auténticas persecuciones.

Por eso, todos los que quieran seguir a Jesús y comprometerse sin componendas en favor de la verdad, deben saber que encontrarán oposiciones y se convertirán, sin buscarlo, en signo de división entre las personas, incluso en el seno de sus mismas familias. En efecto, el amor a los padres es un mandamiento sagrado, pero para vivirlo de modo auténtico no debe anteponerse jamás al amor a Dios y a Cristo.

Instrumentos de su paz

De este modo, siguiendo los pasos del Señor Jesús, los cristianos se convierten en «instrumentos de su paz», según la célebre expresión de san Francisco de Asís. No de una paz inconsistente y aparente, sino real, buscada con valentía y tenacidad en el esfuerzo diario por vencer el mal con el bien (cf. Rm 12, 21) y pagando personalmente el precio que esto implica.

La Virgen María, Reina de la paz, compartió hasta el martirio del alma la lucha de su Hijo Jesús contra el Maligno, y sigue compartiéndola hasta el fin de los tiempos. Invoquemos su intercesión materna para que nos ayude a ser siempre testigos de la paz de Cristo, sin llegar jamás a componendas con el mal. (Papa Emérito Benedicto XVI. Ángelus. Domingo 19 de agosto de 2007)

Reflexión jueves 21 de octubre de 2021

Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión jueves 21 de octubre de 2021
El pecado paga con muerte, Dios da vida eterna.
La astucia del pecado es que a simple vista no se ven sus consecuencias; éste pierde poder si nos preguntamos antes de pecar qué consecuencias trae.
Para la reflexión personal

«Somos nosotros quienes hemos de ir ahora por el mundo con ese fuego de amor y de paz que encienda a otros en el amor a Dios y purifique sus corazones. Iremos a la Universidad, a las fábricas, a las tareas públicas, al propio hogar.»
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.

Oración

Señor Jesús, con demasiada frecuencia el fuego de la fe y del amor fácilmente se extingue en nosotros. No somos héroes, o quizás, si acaso, muy raramente. Nos es más fácil vivir tranquilamente en paz, sin complicarnos la vida. Preservanos de anhelar una paz mediocre y culpable. Haznos comprender, Señor, y aceptar que no queremos paz a cualquier costo. Danos el fuego de tu Espíritu para que no busquemos seguridad en la auto-satisfacción del status quo, sino que nos comprometamos a llevar a cabo animosamente nuestra misión. Haznos instrumentos tuyos para Encender de nuevo tu fuego en los corazones de aquellos cuya fe se ha vuelto tibia y enfriado, o de los que se han perdido por malos caminos, o han perdido el camino de vuelta hacia ti; Guardanos con el fuego de la fe y del amor vivo en nosotros. Danos tu bendición. Amén.


Evangelio de ayer:
AMISTAD Y FIDELIDAD A JESÚS

Por si no lo has visto
Tema #1
Introducción Al Libro De Apocalipsis 

Tema #2:
Presentación De Cristo A La Comunidad

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