Primer Martes de Adviento | San Andrés, Apóstol – Fiesta
UN LLAMADO A SEGUIR A JESÚS
Primer Martes de Adviento
Primer Martes de Adviento
Reflexión Evangelio 30 de noviembre de 2021
San Andrés, Apóstol – Fiesta
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Mt 4, 19)
R/. Aleluya, aleluya.
Síganme, dice el Señor, y yo los haré pescadores de hombres. R/.
EVANGELIO
Mateo 4, 18-22
Ellos, inmediatamente, dejando las redes, lo siguieron.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Mateo
Una vez que Jesús caminaba por la ribera del mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado después Pedro, y Andrés, los cuales estaban echando las redes al mar, porque eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme y los haré pescadores de hombres». Ellos inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Pasando más adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en la barca, remendando las redes, y los llamó también. Ellos, dejando enseguida la barca y a su padre, lo siguieron.
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión
La primera característica que impresiona en Andrés es el nombre: no es hebreo, como se podría esperar, sino griego, signo notable de que su familia tenía cierta apertura cultural. […] El vínculo de sangre entre Pedro y Andrés, así como la llamada común que les dirigió Jesús, son mencionados expresamente en los Evangelios (Mt 4, 18-19; Mc 1, 16-17). […] El cuarto evangelio nos revela otro detalle importante: en un primer momento Andrés era discípulo de Juan Bautista; y esto nos muestra que era un hombre que buscaba, que compartía la esperanza de Israel, que quería conocer más de cerca la palabra del Señor, la realidad de la presencia del Señor.
Un llamado a seguir a Jesús.
Andrés, por tanto, fue el primero de los Apóstoles en ser llamado a seguir a Jesús. Por este motivo la liturgia de la Iglesia bizantina le honra con el apelativo de «Protóklitos», que significa precisamente «el primer llamado». Y no cabe duda de que por la relación fraterna entre Pedro y Andrés, la Iglesia de Roma y la Iglesia de Constantinopla se sienten entre sí de modo especial como Iglesias hermanas. Para subrayar esta relación, mi predecesor el Papa Pablo VI, en 1964, restituyó la insigne reliquia de san Andrés, hasta entonces conservada en la basílica vaticana, al obispo metropolita ortodoxo de la ciudad de Patrás, en Grecia, donde, según la tradición, fue crucificado el Apóstol.
Las tradiciones evangélicas mencionan particularmente el nombre de Andrés en otras tres ocasiones, que nos permiten conocer algo más de este hombre. La primera es la de la multiplicación de los panes en Galilea, […] La segunda ocasión fue en Jerusalén. Al salir de la ciudad, un discípulo le mostró a Jesús el espectáculo de los poderosos muros que sostenían el templo. De este episodio podemos deducir que no debemos tener miedo de plantear preguntas a Jesús, pero, a la vez, debemos estar dispuestos a acoger las enseñanzas, a veces sorprendentes y difíciles, que él nos da.
Los Evangelios nos presentan, por último, una tercera iniciativa de Andrés. […] Según tradiciones muy antiguas, Andrés, que transmitió a los griegos estas palabras, no sólo fue el intérprete de algunos griegos en el encuentro con Jesús al que acabamos de referirnos; sino también el apóstol de los griegos en los años que siguieron a Pentecostés. Esas tradiciones nos dicen que durante el resto de su vida fue el heraldo y el intérprete de Jesús para el mundo griego.
Una espiritualidad profunda
Como se puede ver, hay aquí una espiritualidad cristiana muy profunda que, en vez de considerar la cruz como un instrumento de tortura, la ve como el medio incomparable para asemejarse plenamente al Redentor, grano de trigo que cayó en tierra. Debemos aprender aquí una lección muy importante: nuestras cruces adquieren valor si las consideramos y aceptamos como parte de la cruz de Cristo, si las toca el reflejo de su luz. Sólo gracias a esa cruz también nuestros sufrimientos quedan ennoblecidos y adquieren su verdadero sentido.
Así pues, que el apóstol Andrés nos enseñe a seguir a Jesús con prontitud (cf. Mt 4, 20; Mc 1, 18), a hablar con entusiasmo de él a aquellos con los que nos encontremos, y sobre todo a cultivar con él una relación de auténtica familiaridad, conscientes de que sólo en él podemos encontrar el sentido último de nuestra vida y de nuestra muerte. (Papa emérito Benedicto XVI. Extracto de la Audiencia General. Miércoles 14 de junio de 2006)
Reflexión Primer Martes de Adviento
Para la reflexión personal
Aceptar la llamada del Señor, ser recibido en el círculo de sus más íntimos, es la mayor gracia que se puede recibir en este mundo. Es en la oración personal, en la intimidad con Cristo, donde conocemos sus múltiples invitaciones y llamadas a seguirle más de cerca. Él sigue presente en el mundo, con la misma realidad de hace veinte siglos, y busca colaboradores que le ayuden a salvar almas. Vale la pena decir que sí a esta empresa divina.
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.
Oración
Padre nuestro, tú invitas a todos y cada uno a conocerte y amarte y a vivir en tu perenne paz. Guarda vivo en nosotros el celo santo para llevar a todos la luz de tu verdad y las riquezas de tu vida y amor, sin ninguna distinción de raza, lengua o cultura, para que todos los habitantes del mundo lleguen a conocerte y amarte. Amén.
Hoy celebramos a:
San Andrés, Apóstol
Apóstol, Patrono de Rusia y Escocia. Era natural de Betsaida y primero fue discípulo de Juan Bautista. Después siguió a Cristo y le presentó también a su hermano Pedro. Estuvo presente en los momentos importantes de la revelación de su Maestro. Después de Pentecostés predicó el Evangelio en muchas regiones y fue crucificado en Acaya.
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