Domingo del Bautismo del Señor | Reflexión 10 de enero | Fiesta – Ciclo B
EL BAUTISMO: DON GRATUITO DEL SEÑOR
Domingo del Bautismo del Señor
3er Domingo, 10 de enero de 2021
Domingo del Bautismo del Señor – Fiesta
Termina el Tiempo de Navidad – Ciclo B
Reflexión
El tiempo de Navidad y de la Epifanía termina con la fiesta del Bautismo del Señor en el río Jordán, que celebramos hoy. (…) Mezclado con la multitud de penitentes, Jesús había pedido a Juan Bautista que lo bautizara, dejando desconcertado al mismo Precursor. Pero precisamente ese gesto revela la singularidad del mesianismo de Jesús: consiste en cumplir la voluntad del Padre, haciéndose «propiciación por nuestros pecados» (1 Jn 4, 10). Su humilde solidaridad con los pecadores lo llevará a la muerte en la cruz.
Sumergirse en la muerte y en la resurrección de Cristo libera radicalmente al hombre del pecado y de la muerte, y realiza un nuevo nacimiento, según el Espíritu, para una vida que ya no tendrá fin. Este es el bautismo que el Resucitado confía a los Apóstoles, enviándolos al mundo entero (cf. Mt 28, 19). Esta mañana, como de costumbre, he tenido la alegría de administrar este mismo bautismo a algunos recién nacidos.
El bautismo de los niños, tan apreciado en la tradición cristiana, permite comprender con inmediata elocuencia la auténtica naturaleza de la salvación, que es gracia, es decir, don gratuito del Señor. En efecto, Dios es siempre el primero en amarnos, y en la sangre de su Hijo ya ha pagado el precio de nuestro rescate.
Por eso conviene que los padres cristianos lleven a sus hijos a la pila bautismal, para que reciban, en virtud de la fe de la Iglesia, el gran don de la vida divina. Además, los padres, con su ejemplo, su oración y su enseñanza han de ser los primeros educadores de la fe de sus hijos, para que esa semilla de vida nueva llegue a la madurez plena. (…) Que la Madre del Señor ayude a todos los bautizados a rechazar lo que es contrario al Evangelio y a permanecer siempre fieles a las promesas asumidas en la pila bautismal. (San Juan Pablo II, papa. Ángelus. Domingo12 de enero de 2003)
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cf. Mc 9, 7
R/. Aleluya, Aleluya
Se abrió el cielo, y se oyó la voz del Padre: «Éste es mi Hijo amado; escuchadlo».
EVANGELIO
Marcos 1, 7-11
Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto
Lectura del santo evangelio según san Marcos
En aquel tiempo, proclamaba Juan:
—«Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo». Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: —«Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto».
Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
Para la reflexión personal
- ¿No habremos estado fomentando en nuestra Iglesia muchos cristianos en plan “pasados por agua”?
- ¿Cristianos más bien «blanditos» y frágiles, que se «rajan» como un huevo medio crudo, y se desparraman con toda facilidad, cuando se presentan las primeras dificultades?
- ¿Por qué hay tantos bautizados que no viven su fe, que no se les nota en su vida nada expresamente cristiano, evangélico?
Oración
Espíritu Santo, te damos gracias porque has consagrado a Jesús profeta y Mesías y te has manifestado en él con plenitud, para que él pudiera derramar tus dones sobre nosotros. Te pedimos nos hagas redescubrir el significado de nuestro bautismo como don tuyo y del amor del Padre, para responder con coherencia de vida a los compromisos que hemos asumido el día de nuestro renacer como hijos de Dios. Haznos capaces de ser auténticos testimonios tuyos, sin manipulaciones y sin compromisos de ningún género, para anunciar en nuestro mundo la liberación, la justicia y la salvación que tú nos has dado a manos llenas. Amén.