El Perdón De Los Pecados | Tema #10 | Curso de Apologética I – MEC

El perdón de los pecados es entregado por el mismo Jesús, a sus Apóstoles, antes de Ascender al Cielo, dado que Él ya no estaría sobre la tierra para hacerlo. Ahora el perdón de los pecados, es un ministerio que se transfiere a quienes Él había entregado ese poder. A Simón luego llamado Pedro le dice el Señor (Cfr. San Mateo 16, 19):

«Lo que ates en la tierra será atado en el cielo y lo que desates en la tierra será desatado en el cielo.»

¿PUEDE UN HOMBRE PERDONAR LOS PECADOS?

Sabemos que el Señor Jesús tiene la naturaleza humana y la naturaleza divina, Él es verdadero Dios y verdadero hombre. El Evangelio de San Mateo en su capítulo 9 versículos del 1 al 7 nos narra que:

«Jesús volvió a la barca, cruzó el lago y vino a su ciudad. Allí le llevaron a un paralítico, tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe de esos hombres, dijo al paralítico: “¡Ánimo, hijo; tus pecados te quedan perdonados!” Algunos maestros de la Ley pensaron: “¡Qué manera de burlarse de Dios!»

Jesús que conocía sus pensamientos, les dijo: “¿Por qué piensan mal?”  ¿Qué es más fácil: decir “Quedan perdonados tus pecados” o “Levántate y anda”?

«Sepan, pues, que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados. Entonces dijo al paralítico: «Levántate, toma tu camilla y vete a casa.» Y el paralítico se levantó y se fue a su casa.»

Para los judíos que estaban presentes en esta escena, sólo Dios puede perdonar los pecados y al ver a Jesús como hombre perdonando los pecados de aquél paralítico, se escandalizaron. Jesús de Nazaret es Dios y Hombre verdadero y por lo tanto, cómo Él mismo lo dice en el versículo 6, «el Hijo del Hombre», Jesús en su naturaleza humana, «tiene poder sobre la tierra para perdonar pecados,» porque Él, además, es Dios.

JESÚS COMO HOMBRE TIENE PODER EN LA TIERRA PARA PERDONAR PECADOS.

Los judíos solo miraban al hombre, tanto que en el Evangelio de San Juan capítulo 10, versículo 33 le dicen:

«No te apedreamos por algo hermoso que hayas hecho, sino por insultar a Dios; porque tú, siendo hombre te haces Dios.»

JESÚS ENTREGA ESE PODER A SUS APÓSTOLES

Cuando Jesús muere y resucita, antes de ascender a los cielos entrega este poder a sus Apóstoles, a los doce, y en el evangelio de San Juan capítulo 20, versículo 21 al 23 les dice:

«…Como el Padre me envió a mí, así los envió yo también.” Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo: A quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.»

Jesús estaba entregando a sus Apóstoles el poder para perdonar los pecados, dado que Él ya no estaría sobre la tierra para perdonar los pecados. Ahora los pecados serían perdonados por aquellos a quienes Él había entregado ese poder. A Simón luego llamado Pedro le dice el Señor:

«Lo que ates en la tierra será atado en el cielo y lo que desates en la tierra será desatado en el cielo.»
(Cfr. San Mateo 16, 19)

Jesús entrega a Pedro el poder de atar y desatar, y el cielo toma como ciertas las decisiones de Pedro. Igualmente sucede con el poder entregado por Jesús a sus Apóstoles en Cfr. San Juan 20, 21-23.

IMPOSICIÓN DE MANOS

Cuando surgían nuevas comunidades, los Apóstoles nombraban dirigentes, y a ellos, con la imposición de manos les trasladaban este poder: el poder de perdonar los pecados. Cuando murió el último de los apóstoles, los dirigentes de las comunidades tomaron el papel de Obispos como sucesores de los Apóstoles, con el poder dado por el Señor Jesús de perdonar los pecados.

Cuando los obispos necesitaron nombrar presbíteros ó Sacerdotes, mediante la imposición de manos trasladaban ese poder a través de los siglos, hasta nuestros días. Actualmente, los Obispos y los Sacerdotes tienen ese poder otorgado por el Señor Jesús de perdonar los pecados.

Cuando el sacerdote perdona los pecados, no lo hace por sus cualidades personales o por su propia santidad, lo hace por delegación del Señor. Por lo tanto, cuando el sacerdote nos absuelve de nuestros pecados nos dice: “Yo te perdono, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.” En nombre de la Santísima Trinidad, en nombre de Dios.

¿QUÉ SIGNIFICA: “EN EL NOMBRE DE”?

Significa, “con la autorización de”

El Sacerdote, el Obispo, entonces, otorga el perdón no por sí mismo, sino con la autorización de Dios. Es decir: “En el nombre de Dios.” Por lo tanto, cuando el sacerdote nos perdona, es Dios quien nos perdona.

Pero algunos, como los judíos de hace 21 siglos, continúan diciendo: “¡Solo Dios puede perdonar los pecados!” . Y dicen que un hombre no puede perdonar los pecados. Es que no conocen la doctrina cristiana y se confunden como los antiguos Judíos que solo veían al hombre Jesús perdonando pecados y se escandalizaban al no conocer que ese hombre es Dios verdadero a la vez.

Cuando el Sacerdote administra el perdón de los pecados, lo hace por delegación de Jesús, y al decir al pecador:

“Yo te perdono en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,”

es Dios quien nos perdona por medio del Sacerdote.

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María: Tema #9