Evangelio del día | 18 de Junio | 11a. Semana del Tiempo Ordinario

Evangelio jueves 18 de junio
USTEDES OREN ASÍ.

Evangelio jueves 18 de junio de 2020
Décima primera semana del Tiempo Ordinario
Ciclo A

La forma de orar dice mucho de una comunidad de creyentes, ya que expresa una forma determinada de relación con Dios y del vinculo que une a sus miembros en la misma fe. Jesús nos deja en herencia una oración en la que nos transmite su propia experiencia de Dios. La oración de Jesús es una súplica cargada de confianza al Padre querido, con la que pedimos, agradecemos, nos renovamos y expresamos nuestro deseo de que las cosas cambien. La gran novedad es la invocación inicial: «¡Padre nuestro!». La imagen de Dios como Abbá es radicalmente nueva y propia de Jesús. Llamar a Dios Padre implica entrar en la oración con confianza, con sencillez, con espontaneidad y significa acoger a los demás como hermanos. Así cobran sentido los tres anhelos profundos centrados en Dios: «Santificado sea tu nombre. Venga tu Reino. Hágase tu voluntad» y las cuatro peticiones a favor nuestro: «Danos hoy el pan, perdona nuestras ofensas, no nos abandones en la tentación, líbranos del mal». Pidámosle al Señor que nos enseñe a orar y hacer vida nuestra oración.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Rm 8, 15
R/. Aleluya, aleluya.

Hemos recibido un espíritu de hijos, que nos hace exclamar: ¡Padre! R/.

EVANGELIO

Ustedes oren así.
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 7-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando ustedes hagan oración, no hablen mucho, como los paganos, que se imaginan que a fuerza de mucho hablar serán escuchados. No los imiten, porque el Padre sabe lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.

Ustedes pues, oren así: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial. Pero si ustedes no perdonan a los hombres, tampoco el Padre les perdonará a ustedes sus faltas». 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Padre Santiago Martín

Para la reflexión personal

  • Jesús dice «perdona nuestras deudas», pero hoy rezamos «perdona nuestras ofensas» ¿Qué es más fácil: perdonar las ofensas o perdonar las deudas?
  • ¿Cómo sueles recitar el Padre Nuestro: mecánicamente o poniendo toda tu vida y tu compromiso en él?

Oración

¡Oh Dios!, fuerza de los que en ti esperan, escucha nuestras súplicas; y, pues el hombre es frágil y sin ti nada puede, concédenos la ayuda de tu gracia para guardar tus mandamientos y agradarte con nuestras acciones y deseos. Amén

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