Lecturas 16 de octubre | Santa Margarita María Alacoque, virgen – Memoria
CONFIAR EN LA PROVIDENCIA DE DIOS
Lecturas viernes 16 de octubre
Lecturas viernes 16 de octubre de 2020
Santa Margarita María Alacoque, virgen – Memoria
Vigésima octava semana / Tiempo Ordinario
Año Par
PRIMERA LECTURA
Efesios 1, 11-14
Ya antes esperábamos en Cristo. – Ustedes han sido marcados con el Espíritu Santo.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios
Hermanos:
Con Cristo somos herederos también nosotros. Para esto estábamos destinados, por decisión del que lo hace todo según su voluntad: para que fuéramos una alabanza continua de su gloria, nosotros, los que ya antes esperábamos en Cristo.
En él, también ustedes, después de escuchar la palabra de la verdad, el Evangelio de su salvación, y después de creer, han sido marcados con el Espíritu Santo prometido. Este Espíritu es la garantía de nuestra herencia, mientras llega la liberación del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 32, 1-2. 4-5.12-13.
R/. Alabemos al Señor con alegría.
Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo. Demos gracias a Dios al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos. R/.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R/.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que escogió por suyo. Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 32, 22
R/. Aleluya, aleluya.
Muéstrate bondadoso con nosotros, Señor, puesto que en ti hemos confiado. R/.
EVANGELIO
San Lucas 12,1-7
Todos los cabellos de su cabeza están contados.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, la multitud rodeaba a Jesús en tan gran número que se atropellaban unos a otros. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: «Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir, de la hipocresía. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse.
Por eso, todo lo que ustedes hayan dicho en la oscuridad, se dirá a plena luz, y lo que hayan dicho en voz baja y en privado, se proclamará desde las azoteas. Yo les digo a ustedes, amigos míos: No teman a aquellos que matan el cuerpo y después ya no pueden hacer nada más.
Les voy a decir a quién han de temer: Teman a aquel que, después de darles muerte, los puede arrojar al lugar de castigo. Se lo repito: A él sí tienen que temerlo.
¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios; y por lo que a ustedes toca, todos los cabellos de su cabeza están contados. No teman, pues, porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.