Lecturas del día | 13 de Junio – 10ma. Semana Tiempo Ordinario
Lecturas sábado 13 de junio
ELISEO SIGUIÓ A ELÍAS Y SE PUSO A SU SERVICIO.
Lecturas sábado 13 de junio de 2020
Décima Semana / Tiempo Ordinario
Ciclo A
PRIMERA LECTURA
Eliseo siguió a Elías y se puso a su servicio.
Del primer libro de los Reyes 19, 19-21
Por aquel entonces, Elías partió luego y encontró a Eliseo, hijo de Safat, que estaba arando. Delante de él trabajaban doce yuntas de bueyes y él trabajaba con la última. Elías pasó junto a él y le echó encima su manto.
Entonces Eliseo abandonó sus bueyes, corrió detrás de Elías y le dijo: «Déjame dar a mis padres el beso de despedida y te seguiré». Elías le contestó: «Ve y vuelve, porque bien sabes lo que ha hecho el Señor contigo».
Se fue Eliseo, se llevó los dos bueyes de la yunta, los sacrificó, asó la carne en la hoguera que hizo con la madera del arado y la repartió a su gente para que se la comieran. Luego se levantó, siguió a Elías y se puso a su servicio.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 15, 2a y 5. 7-8. 9-10.
R/. Señor, mi vida está en tus manos.
Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja; hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado, jamás tropezaré. R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás que sufra yo la corrupción. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 118, 36.29
R/. Aleluya, aleluya.
Inclina, Dios mío, mi corazón a tus preceptos y dame la gracia de cumplir tu voluntad. R/.
EVANGELIO
Les digo que no juren ni por el cielo ni por la tierra.
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 33- 37
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.