Miércoles Tercera Semana de Pascua | Reflexión al Evangelio – Ciclo A, B y C

VER, VENIR Y CREER EN JESÚS
Miércoles Tercera Semana de Pascua

Miércoles Tercera Semana de Pascua
Reflexión al Evangelio 21 de abril de 2021
Ciclo A, B y C


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Jn 6, 40)
R/. Aleluya, aleluya.

El que cree en mí tiene vida eterna, dice el Señor, y yo lo resucitaré en el último día. R/.

EVANGELIO

Juan 6, 35-40
La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna.

Lectura del santo Evangelio según san Juan

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed. Pero como ya les he dicho: me han visto y no creen. Todo aquel que me da el Padre viene hacia mí; y al que viene a mí yo no lo echaré fuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Y la voluntad del que me envió es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día». 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

 El «discurso del Pan de la vida» que Jesús dirige a sus oyentes el día siguiente a la multiplicación de los panes, en la sinagoga de Cafarnaúm, entra en su desarrollo decisivo. Esta catequesis de Jesús tiene dos partes muy claras: una que habla de la fe en él, y otra de la Eucaristía. En la primera afirma «yo soy el Pan de vida»: en la segunda dirá «yo daré el Pan de vida». Ambas están íntimamente relacionadas, y forman parte de la gran página de catequesis que el evangelista nos ofrece en torno al tema del pan. 

Hoy escuchamos la primera. Repetimos la última frase de ayer, el v. 35: «yo soy el pan de vida», que es el inicio de este apartado, que tiene como contenido la fe en Jesús. Se nota en seguida, porque los verbos que emplea son «el que viene a mí», «el que cree en mí», «el que ve al Hijo y cree en él».

Se trata de creer en el enviado de Dios. Aquí se llama Pan a Cristo no en un sentido directamente eucarístico, sino más metafórico: a una humanidad hambrienta, Dios le envía a su Hijo como el verdadero Pan que le saciará. Como también se lo envía como la Luz, o como el Pastor. Luego pasará a una perspectiva más claramente eucarística, con los verbos «comer» y «beber». 

El efecto del creer en Jesús es claro: el que crea en él «no pasará hambre», «no se perderá», «lo resucitaré el último día», «tendrá vida eterna». La presentación de Jesús por parte del evangelista también nos está diciendo a nosotros que necesitamos la fe como preparación a la Eucaristía. Somos invitados a creer en él, antes de comerle sacramentalmente. 

Ver, venir, creer:

Para que nuestra Eucaristía sea fructuosa, antes tenemos que entrar en esta dinámica de aceptación de Cristo, de adhesión a su forma de vida. Por eso es muy bueno que en cada misa, antes de tomar parte en «la mesa de la Eucaristía», comiendo y bebiendo el Pan y el Vino que Cristo nos ofrece, seamos invitados a recibirle y a comulgar con él en «la mesa de la Palabra», escuchando las lecturas bíblicas y aceptando como criterios de vida los de Dios. 

El que nos prepara a «comer» y «beber» con fruto el alimento eucarístico es el mismo Cristo, que se nos da primero como Palabra viviente de Dios, para que «veamos», «vengamos» y «creamos» en él. Así es como tendremos vida en nosotros. Es como cuando los discípulos de Emaús le reconocieron en la fracción del pan, pero reconocieron que ya «ardía su corazón cuando les explicaba las Escrituras». 

La Eucaristía tiene pleno sentido cuando se celebra en la fe y desde la fe. A su vez, la fe llega a su sentido pleno cuando desemboca en la Eucaristía. Y ambas deben conducir a la vida según Cristo. Creer en Cristo. Comer a Cristo. Vivir como Cristo. (José Aldazabal. Enséñame tus Caminos. El Tiempo Pascual Día tras Día. , Vol. 3, CPL, Barcelona, 1999).

Reflexión Evangelio Miércoles Tercera Semana de Pascua.

Fray Nelson Medina, O.P.
Miércoles Tercera Semana de Pascua
El designio de nuestra salvación viene de Dios Padre.
Demos gracias a Dios Padre por amarnos; porque la prueba de su amor está en su Hijo, en todo lo que Jesús hizo, predicó y padeció y que ahora se puede ver en su glorioso cuerpo resucitado.
Para la reflexión personal

Yo soy el pan de la vida ¿Qué nos dice a nosotros este discurso, creyentes en Jesús, que caminamos en medio de esta pandemia que nos tiene atenazados y atemorizados? Nos invita a confiar en Jesucristo, conscientes de que esas palabras son vida y transmiten vida. Dominicos.org

Oración

Dios Todopoderoso, nos regocijamos de que en tu Hijo Jesús y en su mensaje de vida nos has dado algo y a alguien por quien vale la pena vivir. Te damos muchísimas gracias por decidir que él fuera nuestro pan de vida, que nunca nos rechazará ni alejará, sino que seguirá aceptándonos y ayudándonos a crecer en su vida hasta que florezca un día en la vida eterna. Gracias por esperarnos todos los días en el Sagrario, para animarnos y alentarnos, y para decirnos que ya lo mas pesado de la Cruz lo llevaste tú. Gracias por enseñarme a llevar con paz y serenidad las dificultades de cada día. Amén. Hablar con Dios


Recuerda seguir nuestro curso de Apologética I: Comer Su Carne Y Beber Su Sangre: Tema #11

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