Reflexión al Evangelio 19 de octubre | 29º Semana – Tiempo Ordinario – Año Par

¿PARA QUÉ Y PARA QUIÉN ESTOY TRABAJANDO?
Reflexión Evangelio 19 de octubre

Reflexión Evangelio lunes 19 de octubre de 2020
Vigésima novena semana / Tiempo Ordinario
Año Par

Introducción

El Dios de toda bondad ha hecho de ti su intendente; te ha encargado preocuparte de tus compañeros de servicio: ¡no vayas a creer que todo se ha preparado para tu estómago solamente! Dispón de los bienes que tienes en tus manos como si fueran de otros. El placer que te procuran dura muy poco, muy pronto van a escapársete y desaparecer, y sin embargo te pedirán cuenta rigurosa de lo que has hecho con ellos. Luego lo guardas todo, puertas y cerraduras bien cerradas; pues aunque lo hayas cerrado todo, la ansiedad no te deja dormir…

Y vosotros, hermanos míos, ¡poned atención para no llegar a la misma suerte que este hombre! Si la Escritura nos ofrece este ejemplo es para que evitemos el comportarnos de modo semejante. Imita la tierra: como ella, da frutos y no te comportes de manera más mala que ella, la cual, sin embargo, está desprovista de alma.

Así como el grano de trigo que cae en tierra aprovecha a aquel que lo ha sembrado, el pan dado al que tiene hambre será más tarde para ti un provecho mucho mayor. Que el fin de tus trabajos sea para ti el comienzo de la siembra en el cielo. (San Basilio, Homilía 6, sobre las riquezas : PG 31, 261s.)

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt S, 3
R/. Aleluya, aleluya.

Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. R/.

EVANGELIO

san Lucas 12, 13-21
¿Para quién serán todos tus bienes?

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia». Pero Jesús le contestó: «Amigo, ¿Quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?». Y dirigiéndose a la multitud, dijo: «Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea».

Después les propuso esta parábola: «Un hombre rico obtuvo una gran cosecha y se puso a pensar: ‘¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha?

Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida’. Pero Dios le dijo: ‘¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?’. Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios», 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Fray Nelson Medina, O.P.
La muerte llega para todos ¿Lo acumulado para quién será? ¿Qué estas acumulando?
Pregúntate qué puedes hacer con tu tiempo, con tu conocimiento, con tus talentos, con tus cosas;
mira a tu alrededor, ha llegado el tiempo del genuino compartir.
Para la reflexión personal
  • ¿Qué significa «hacerse rico ante Dios»? 
  • ¿Qué es lo que se me ha confiado? ¿Por qué me ha preferido entre muchos otros?
Oración

Señor Dios nuestro, nosotros somos tu obra de arte. Cuando estábamos condenados a muerte por el pecado, tú nos llamaste a la vida por medio de la muerte de tu Hijo Jesús. Señor, ábrenos a tu amor y a tu vida otorgadas  gratuitamente como don, sin precio ni pesar, y danos un corazón agradecido. Que aprendamos de ti y de tu Hijo a ponernos generosamente al servicio de nuestros hermanos. Amén.

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