Reflexión al Evangelio 29º domingo | Tiempo Ordinario – Ciclo A
TÚ, CRISTIANO, ERES LA MONEDA DEL IMPUESTO
Reflexión Evangelio vigésimo noveno domingo.
Domingo 18 de octubre de 2020
Reflexión Evangelio vigésimo noveno domingo.
Tiempo Ordinario / Ciclo A
Introducción
En el evangelio de hoy se plantean dos interrogantes: uno el que los fariseos plantean a Cristo; otro, el que Cristo plantea a los fariseos; aquél es totalmente terreno, éste, enteramente celestial y divino; aquél es producto de una supina ignorancia y de una refinadísima malicia; éste, de la suprema sabiduría y de la suma bondad.
¿De quién son esta cara y esta inscripción? Le respondieron: Del César. Pues pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios: hay que dar —dice— a cada uno lo suyo. Sentencia llena realmente de celestial sabiduría y doctrina. Enseña, en efecto, que existe una doble esfera de poder: una, terrena y humana; otra, celestial y divina. Enseña que se nos exige una doble obediencia, que hemos de observar tanto las leyes humanas como las divinas, y que hemos de pagar un doble impuesto: uno al César y otro a Dios. Al César el denario, que lleva grabada la cara y la inscripción del César; a Dios lo que lleva impresa la imagen y la semejanza divina: La luz de tu rostro está impresa en nosotros (Vg).
Hemos sido hechos a imagen y semejanza de Dios. Tú, cristiano, eres ciertamente un hombre: luego eres la moneda del impuesto divino, eres el denario en el que va grabada la efigie y la inscripción del divino emperador. Por eso te pregunto yo con Cristo: ¿De quién son esta cara y esta inscripción? Me respondes: De Dios. Te replico: ¿Por qué, pues, no le devuelves a Dios lo que es suyo?
Pero si realmente queremos ser imagen de Dios, es necesario que seamos semejantes a Cristo. El es, en efecto, la imagen de la bondad de Dios e impronta de su ser; y Dios a los que había escogido, los predestinó a ser imagen de su Hijo. Por su parte, Cristo pagó realmente al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, observando a la perfección las dos losas de la ley divina, rebajándose hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz, y estuvo perfectísimamente dotado de todas las virtudes tanto internas como externas.
Brilla hoy en Cristo una suma prudencia, con la cual sorteó los lazos de los enemigos, dándoles una prudentísima y sapientísima respuesta; brilla asimismo la justicia, con la cual nos enseña a dar a cada uno lo suyo. Por esta razón, él mismo quiso pagar también el impuesto, dando por él y por Pedro un didracma; brilla la fortaleza del alma, con la cual enseñó libremente la verdad, es decir, que debía pagarse al César el impuesto, sin temer a los judíos que se sentían vejados por esto. Este es el camino de Dios que Cristo enseña conforme a la verdad.
Así pues, el que en la vida, en las costumbres y las virtudes se asemeja y conforma a Cristo, ése representa de verdad la imagen de Dios; la restauración de esta divina imagen consiste en una perfecta justicia: Pagad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. A cada cual lo suyo. (Lorenzo de Brindisi. Homilía 1, 2-4 .6, en el domingo XXII después de Pentecostés)
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Flp 2, 15. 16
R/. Aleluya, aleluya.
Iluminen al mundo con la luz del Evangelio reflejada en su vida. R/.
EVANGELIO
San Mateo 22, 15-21
Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
Lectura del santo Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, se reunieron los fariseos para ver la manera de hacer caer a Jesús, con preguntas insidiosas, en algo de que pudieran acusarlo.
Le enviaron, pues, a algunos de sus secuaces, junto con algunos del partido de Herodes, para que le dijeran: «Maestro, sabemos que eres sincero y enseñas con verdad el camino de Dios, y que nada te arredra, porque no buscas el favor de nadie.
Dinos, pues, qué piensas: ¿Es lícito o no pagar el tributo al César?». Conociendo Jesús la malicia de sus intenciones, les contestó: «Hipócritas, ¿por qué tratan de sorprenderme? Enséñenme la moneda del tributo».
Ellos le presentaron una moneda. Jesús les preguntó: «¿De quién es esta imagen y esta inscripción?». Le respondieron: «Del César». Y Jesús concluyó: «Den, pues, al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Para la reflexión personal
- ¿Qué hemos hecho nosotros a favor de nuestro país?
- ¿Hemos hecho algo para enriquecerlo con los valores del evangelio?
Oración
Señor, Dios todopoderoso, Tú diriges el mundo y a toda la humanidad a su destino en ti. Da a los líderes del mundo y de nuestro país una visión de futuro que sea a la vez imaginativa, realista y respetuosa de la dignidad y de los derechos humanos. Ayúdanos a dar testimonio en la vida de cada día de los valores del evangelio y a involucrarnos con valentía en el trabajo de libertad, integridad y justicia. Que ojalá así construyamos una comunidad que pre-anuncie eficazmente nuestra patria del cielo. Amén.