Reflexión al Evangelio XIV domingo | Tiempo Ordinario – Ciclo A

JESÚS ES GRANDE Y A LA VEZ HUMILDE
Reflexión Evangelio décimo cuarto domingo.

Domingo 5 de julio de 2020
Reflexión Evangelio décimo cuarto domingo.
Tiempo Ordinario / Ciclo A

Jesús es un profeta sobre todo «acogedor», y que ha formado un grupo de discípulos acogedores, para que salgan a buscar, como él, a quienes se sienten señalados, juzgados, rechazados, marginados, olvidados. Y los acojan con gestos, palabras, actitudes y hechos. A su lado, tienen que sentirse incondicionalmente queridos y aceptados. Por eso hoy la Iglesia -cada bautizado-, tiene que ser capaz de proclamar con mucha fuerza y claridad a los hombres de hoy y de todos los tiempos: «Venid a mí… ven a mí tú que…» No ha prometido el Señor que se van a «esfumar» las dificultades o que vamos a tener éxito. No. Ha dicho: «Yo os aliviaré… y encontraréis descanso para vuestras almas…». 

Por eso su Iglesia (cada discípulo, también tú yo) sigue llamando incansablemente: Ven… Ven… Ven… tu sitio está aquí, junto con todos nosotros. Acudamos nosotros a él continuamente para que nos alivie y descanse y abramos también puertas, corazones, espacios, instituciones, para que tantos más «vengan». (CMF)

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25
R/. Aleluya, aleluya.

Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.

EVANGELIO

Soy manso y humilde de corazón.
Del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, Jesús exclamó: «¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien. El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga y yo les daré alivio. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera». 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Fray Nelson Medina, O.P.
DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A
Nos esclavizamos al tratar de agrandar nuestra pequeñez. Encontremos la paz en la majestad del Señor y vendrá con ella la verdadera humildad.
Para la reflexión personal
  • ¿Qué imagen tengo de Dios?
  • Cuando nos sentimos preocupados y desalentados, ¿A quien recurro para ser escuchado? ¿Qué tipo de amigo será ése?
  • Jesús se nos ofrece a sí mismo hoy como tal amigo comprensivo, amable y humilde, que puede darnos paz interior. ¿Lo busco como tal o lo rechazo?
  • ¿cuál es el yugo que más cansa?
  • ¿Cuál es el yugo que me da descanso?
  • Jesús se presenta como revelador y como camino al Padre. ¿Quién es Jesús para mí?
Oración

Señor de cielo y tierra, Te bendecimos con Jesús, tu Hijo, por revelarnos cuánto nos amas. Haznos humildes y receptivos, para que sepamos abramos a la Buena Nueva de salvación, porque tú te revelas a los que son conscientes de su pobreza. Colma esa pobreza con tu ternura y con la confianza de que tú te preocupas por nosotros. Que tu paz y tranquilidad interior more en nosotros aun en las luchas de la vida, mientras intentamos ser buenos discípulos de Jesús. Amén.

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