Reflexión al Evangelio XVII domingo | Tiempo Ordinario – Ciclo A

DIOS REINA EN TU VIDA Y A TRAVÉS DE TI
Reflexión Evangelio décimo séptimo domingo.

Domingo 26 de julio de 2020
Reflexión Evangelio décimo séptimo domingo.
Tiempo Ordinario / Ciclo A

Introducción

El Reino de Dios significa cómo son las cosas cuando Dios anda por medio, cómo son las personas cuando se dejan hacer y guiar por Dios. Es decir: cómo es el mundo cuando nada se opone a la voluntad de Dios. Por eso podemos identificar perfectamente el Reino con la persona de Jesús: alguien que es pura voluntad y obediencia al Padre.  Hablar del Reino es lo mismo que hablar de la «felicidad profunda» a la que aspira cualquier ser humano, y que Dios mismo ha tomado como su primera ocupación y su principal empeño y objetivo. Y nos importa mucho conocer cómo es ese Reino de Dios, cómo es ese proyecto de Dios, cómo puedo encontrarme con el Dios que me busca y se preocupa por mi plenitud/felicidad aquí,  y también después. ¡Esto sí que es un tesoro, o una perla preciosa!

Para conseguir el tesoro o la perla especial… hay que deshacerse, renunciar, prescindir: sólo puedo «comprar» si me deshago de lo que tengo (y que vale menos). Y que lo que encuentro tan valioso… y me hace renunciar a todo… no lo vivo como una renuncia, pues, me llena de alegría, precisamente porque es lo más valioso (CMF)

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25
R/. Aleluya, aleluya.

Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.

EVANGELIO

Vende cuanto tiene y compra aquel campo.
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 44-52

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «El Reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo. El Reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra.

También se parece el Reino de los cielos a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.

¿Han entendido todo esto?». Ellos le contestaron: «Sí». Entonces él les dijo: «Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas». 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Fray Nelson Medina, O.P.
DOMINGO XVII DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO A
El Reino de Dios es como un tesoro escondido porque lo que se propone es absurdo a los ojos del mundo, es como una perla fina porque su valor no termina con la muerte y es como una red porque supera nuestra capacidad de ver.
Para la reflexión personal
  • ¿Qué Es Lo Que Más Apreciamos? ¿Acaso ustedes mismos, las posesiones que tienen, o el Señor?
  • ¿Tengo el valor de hacer la elección correcta? ¿Por qué valor arriesgo todo?
  • ¿es mi fe, mi vida cristiana, mi intimidad con Dios el tesoro de mi vida? ¿Estoy dispuesto a arriesgar todo por ese tesoro?
Oración

Ayúdanos a poner nuestra confianza y alegría no en las cosas frágiles y perecederas, sino en tu Hijo, en su Buena Noticia de Salvación y en el reino que vino a construir entre nosotros. Danos la gracia de ser pobres de espíritu y receptivos, danos a cada uno de nosotros un corazón atento y sabio que siga buscando hasta que te encontremos en Jesús y en los hermanos, que te amemos, y que descansemos en  ti. Amén.

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