Reflexión al Evangelio XXI domingo | Tiempo Ordinario – Ciclo A
DONDE ESTÁ PEDRO, ALLÍ ESTÁ LA IGLESIA
Reflexión Evangelio vigésimo primer domingo.
Domingo 23 de agosto de 2020
Reflexión Evangelio vigésimo primer domingo.
Tiempo Ordinario / Ciclo A
Introducción
Las llaves indican poder. No se le dan las llaves de un reino terreno, sino del Reino de los Cielos, del Reino que no es de este mundo pero se incia aquí y durará eternamente. Pedro tiene el poder de atar y desatar, es decir, de absolver o condenar, de acoger o de excluir. Es tan grande este poder que aquello que decida en la tierra será ratificado en el Cielo. Para ejercerlo, cuenta con una asistencia especial del Espíritu Santo. Estos poderes espirituales tan grandes son dados a Pedro para bien de la Iglesia, y, como esta ha de durar hasta el fin de los tiempos, esos poderes se trasmitirán a quienes sucedan a Pedro a lo largo de la historia.
Nuestro amor al Papa no es solo un afecto humano, fundamentado en su santidad, en simpatía, etc. Cuando acudimos a ver al Papa, a escuchar su palabra, lo hacemos por ver, tocar y oír a Pedro, al Vicario de Cristo; es el «dulce Cristo en la tierra», en expresión de Santa Catalina de Siena, sea quien sea. «Tu más grande amor, tu mayor estima, tu más honda veneración, tu obediencia más rendida, tu mayor afecto ha de ser también para el Vice-Cristo en la tierra, para el Papa. »Hemos de pensar los católicos que, después de Dios y de nuestra Madre la Virgen Santísima, en la jerarquía del amor y de la autoridad, viene el Santo Padre» nos dice, San Josemaría Escrivá de Balaguer. (Hablar con Dios).
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 16, 18
R/. Aleluya, aleluya.
Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Tú eres Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los cielos.
Del santo Evangelio según san Mateo 16,13-20
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?». Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas».
Luego les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?». Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo». Jesús le dijo entonces: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo».
Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión Evangelio vigésimo primer domingo.
Para la reflexión personal
- ¿En qué ha cambiado mi vida o cómo estoy influyendo en la vida de otro por mi seguimiento a Cristo?
- ¿Hemos experimentado en la Eucaristía la unidad de la Iglesia? ¿Nos hemos sentido uno en Cristo? ¿Como?
- ¿Cuál es mi opinión sobre Jesús? ¿Quién soy yo para Jesús?
- ¿Qué tipo de piedra soy yo para los demás? ¿Qué tipo de piedra es nuestra comunidad?
Oración
Señor y Salvador nuestro. Haz que esta fe crezca en nosotros para que capee y aguante todas las dudas, cuestiones y dificultades. Danos también una profunda comprensión y confianza en el liderazgo de la Iglesia, para que junto con el Papa y nuestros obispos fortalezcamos la comunidad de los fieles de tu Iglesia y con ellos demos testimonio al mundo de tu misericordia y amor salvadores. Amén.