Reflexión al Evangelio XXIII domingo | Tiempo Ordinario – Ciclo A
FAMILIA QUE REZA UNIDA, PERMANECE UNIDA
Reflexión Evangelio vigésimo tercer domingo.
Domingo 6 de septiembre de 2020
Reflexión Evangelio vigésimo tercer domingo.
Tiempo Ordinario / Ciclo A
Introducción
«Esta plegaria –enseña el Papa Juan Pablo II, comentando este pasaje del Evangelio– tiene como contenido “la misma vida de familia” (…): alegrías y dolores, esperanzas y tristezas, nacimientos y cumpleaños, aniversarios de la boda de los padres, partidas, alejamientos y regresos, elecciones importantes y decisivas, muertes de personas queridas, etc., señalan la intervención del amor de Dios en la historia de la familia, como deben también señalar el momento favorable de acción de gracias, de petición, de abandono confiado de la familia al Padre común que está en los cielos. Además, la dignidad y responsabilidad de la familia cristiana en cuanto Iglesia doméstica solamente pueden ser vividas con la ayuda incesante de Dios, que será concedida sin falta a cuantos la pidan con humildad y confianza en la oración»
La plegaria en común comunica una particular fortaleza a la familia entera. La primera y principal ayuda que prestamos a los padres, a los hijos, a los hermanos, consiste en rezar con ellos y por ellos. La oración fomenta el sentido sobrenatural, que permite comprender lo que ocurre a nuestro alrededor y en el seno de la familia, y nos enseña a ver que nada es ajeno a los planes de Dios: en toda ocasión se nos muestra corno un Padre que nos dice que la familia es más suya que nuestra. También en aquellos sucesos que sin estar cerca de Él serían incomprensibles: la muerte de una persona querida, el nacimiento de un hermano minusválido, la enfermedad, la estrechez económica… Junto al Señor, amamos su santa voluntad, y las familias, lejos de separarse, se unen más fuertemente entre sí y con Dios. (Hablar con Dios)
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor 5, 19
R/. Aleluya, aleluya.
Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. R/.
EVANGELIO
Si tu hermano te escucha, lo habrás salvado.
Del santo Evangelio según san Mateo 18, 15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano.
Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo. Yo les aseguro también, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Para la reflexión personal
- ¿Cuál es la exigencia fundamental que surge de estos consejos de Jesús?
- ¿cómo estoy usando este poder de perdonar que Jesús me ha otorgado?
Oración
Señor Dios, Padre nuestro, Tu Hijo Jesucristo nos ha reunido como comunidad de pecadores que saben que tú nos has perdonado. Cuando nuestras debilidades amenacen nuestra unidad, recuérdanos la responsabilidad que tenemos unos con otros. Que tu Espíritu unificador nos dé fuerza para preocuparnos unos de otros y para hacer todo lo que podamos para permanecer como comunidad viva, acogedora y que sabe perdonar. Amén.