Reflexión Evangelio 13 de Enero | Semana I del Tiempo Ordinario, miércoles – Año Impar

EL MISTERIO DEL SUFRIMIENTO
Reflexión Evangelio 13 de Enero

Reflexión Evangelio 13 de Enero de 2021
Semana I del Tiempo Ordinario, miércoles – Año Impar

Reflexión

[…] Ante el sufrimiento, la enfermedad y la muerte, el hombre tiene la tentación de gritar a causa del dolor, como hizo Job, cuyo nombre significa «el que sufre» (cf. Gregorio Magno, Moralia in Job, I, 1,15). Jesús mismo gritó poco antes de morir (cf. Mc 15,37 He 5,7). Cuando nuestra condición se deteriora, aumenta la ansiedad; a algunos les viene la tentación de dudar de la presencia de Dios en su vida. Por el contrario, Job es consciente de que Dios está presente en su existencia; su grito no es de rebelión, sino que, desde lo más hondo de su desventura, hace asomar su confianza (cf. Jb 19 Jb 42,2-6).

Ante la presencia de sufrimientos atroces, nos sentimos desarmados y no encontramos las palabras adecuadas. […] Simón de Cirene no podía saber que tenía ante sí a su Salvador. Fue «reclutado» para ayudar (cf. Mc 15,21); se vio obligado, forzado a hacerlo. Es difícil aceptar llevar la cruz de otro. Sólo después de la resurrección pudo entender lo que había hecho.

Así sucede con cada uno de nosotros, hermanos y hermanas: en la cúspide de la desesperación, de la rebelión, Cristo nos propone su presencia amorosa, aunque cueste entender que Él está a nuestro lado. Sólo la victoria final del Señor nos revelará el sentido definitivo de nuestras pruebas.

[…] Después de la resurrección, y hasta hoy, hay muchos testigos que se han dirigido, con fe y esperanza, al Salvador de los hombres, reconociendo su presencia en medio de su prueba. El Padre de toda misericordia acoge siempre con benevolencia la oración de quien se dirige a Él. Responde a nuestra invocación y nuestra plegaria como quiere y cuando quiere, para nuestro bien y no según nuestros deseos.

A nosotros nos toca discernir su respuesta y acoger como una gracia los dones que nos ofrece. Fijemos nuestros ojos en el Crucificado, con fe y valor, pues de Él proviene la Vida, el consuelo, la sanación. Miremos a Aquel que desea nuestro bien y sabe enjugar las lágrimas de nuestros ojos; aprendamos a abandonarnos en sus brazos como un niño pequeño en los brazos de su madre. (Papa Emérito Benedicto XVI. Discurso 19 de marzo de 2009)


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.

EVANGELIO

Marcos 1, 29-39
Curó a muchos enfermos de diversos males.

Lectura del santo Evangelio según san Marcos

En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le avisaron a Jesús. Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles.

Al atardecer, cuando el sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiñó junto a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero no dejó que los demonios hablaran, porque sabían quién era él.

De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo, le dijeron: «Todos te andan buscando». Él les dijo: «Vamos a los pueblos cercanos para predicar también allá el Evangelio, pues para eso he venido». Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios. 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Fray Nelson Medina, O.P.
Cristo sana todas nuestras dolencias
Cristo que sana todo en el hombre y Cristo que quiere traer salvación a todos los hombres.
Para la reflexión personal
  • ¿Cómo agradecemos el bien que recibimos? A ejemplo de Jesús, ¿vivimos para servir?
  • La oración ¿confirma nuestra dedicación a los demás?, ¿nos impulsa a ir más lejos en nuestra misión?
Oración

Padre de misericordia, ayúdanos a comprender sus confines inconmensurables y a acoger con fe tu amor, que nos envuelve, nos libera, nos invita a la fiesta de la vida eterna en ti. Ayúdanos a inclinarnos contigo sobre cada hermano que está pasando por la prueba, que sufre, que es humillado. Haz que unos seamos capaces de llevar las cargas de otros, reconociéndonos todos como llevados por tu compasión. Ábrenos a tu gracia, ilumínanos con tu benevolencia, inflámanos con tu caridad, para ser testigos verdaderos de Cristo junto a cada hombre amado con el corazón de Dios. Amén.

Lecturas miércoles 13 de enero. 1ra Semana Tiempo Ordinario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *