Reflexión Evangelio 15 de febrero | Semana VI Tiempo Ordinario, lunes – Año Impar
YA HA SIDO DADO LA SEÑAL
Reflexión Evangelio 15 de febrero
Reflexión Evangelio 15 de febrero
Lunes 15 de febrero de 2021
Semana VI del Tiempo Ordinario, lunes – Año Impar
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Jn 14, 6)
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Marcos 8, 11-13
¿Por qué esta gente busca una señal?
✠ Lectura del santo Evangelio según san Marcos
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir con él, y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo. Jesús suspiró profundamente y dijo: «¿Por qué esta gente busca una señal? Les aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal». Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión
La señal para encontrar a Dios y conocerle es Dios mismo. Cuando nació nuestro Salvador, los ángeles fueron a buscar a los pastores para anunciarles su llegada cantando «Gloria in excelsis Deo.» Y cuando ellos quisieron asegurarse de la verdad de esa maravilla que escuchaban, los ángeles les dijeron: Id a verle y así creeréis y tendréis por cierto lo que os anunciamos; porque no hay otro medio ni señal segura para encontrar a Dios, que Dios mismo.
Es cosa segura que los doctores, los predicadores y todos los que tienen cura de almas nunca podrán hacer nada que valga la pena mientras no envíen a sus discípulos y a quienes enseñan, a la escuela de nuestro Señor, mientras no los sumerjan en ese mar de ciencia, mientras no los convenzan y conduzcan a la busca de nuestro querido Salvador para ser instruidos por Él.
Eso es lo que quería decir el gran apóstol cuando escribía a los Corintios: «¡Hijitos míos, a quienes he concebido y ganado para Cristo Jesús en medio de tantas penas, fatigas y trabajos; por quienes he sufrido tantos dolores! os aseguro que no os enseño para atraeros a mí, sino para conduciros a mi Señor Jesucristo.» A esto deben estar atentos los Superiores, porque sólo sacarán provecho llevando y enviando sus discípulos a nuestro Señor para que Él mismo les enseñe quién es, y aprendan de Él mismo a conocer y practicar todo lo necesario para su amor y servicio.
Sin duda, la meta principal de todos los predicadores es hacer conocer a Dios. Y los que dirigen y cuidan de las almas no deben buscar ni procurar sino que Aquél de quien predican y en cuyo nombre enseñan, sea conocido por todos. (San Francisco de Sales. Sermón IX, 402)
Para la reflexión personal
Sin duda que en un mundo como el nuestro en el que todo se intenta explicar desde la ciencia, desde la demostración científica, en el que todo se somete a verificación, hay momentos que tenemos también la tentación de exigir pruebas, signos claros. Y es importante decir humildemente: Creo Señor, pero ¡aumenta mi fe.! (Hna. Mariví Sánchez Urrutia Congregación de Dominicas de La Anunciata)
Oración
Perdónanos porque, por nuestra fe débil, pedimos a veces señales y milagros. Sabemos que tú eres nuestro Padre, pero a veces no nos es fácil reconocer tu presencia amorosa. Danos ojos de fe para percibir el signo de que tú estás con nosotros en Jesús y en su mensaje, en el evangelio. Te decimos, aunque un poco de mala gana, porque nos es doloroso: Purifica nuestra confianza en ti y en Jesús para que logremos ser cristianos más maduros. Enséñanos a clamar justicia, pero de un modo aún más elocuente el perdón que nos viene de Jesús, el autor de nuestra salvación. Amén.
Pingback: Reflexión Evangelio 16 de febrero | Semana VI Tiempo Ordinario, martes