Reflexión Evangelio 19 de diciembre | Sábado Ferias Mayores de Adviento | Ciclo A, B y C

DIOS AL ENCUENTRO DE LA ESTERILIDAD
Reflexión Evangelio 19 de diciembre

Reflexión Evangelio sábado 19 de diciembre de 2020
Sábado Ferias Mayores de Adviento / Ciclo A, B y C

Introducción

La Iglesia quiere hacernos reflexionar sobre la humanidad estéril. De la esterilidad, el Señor es capaz de recomenzar una nueva descendencia, una nueva vida. Ese es el mensaje de hoy: cuando la humanidad está seca y no pueda avanzar más, viene la gracia, viene el Hijo y viene la Salvación. Y aquella creación gastada deja sitio a la nueva creación. Esta segunda Creación, cuando la tierra quede estéril, es el mensaje de hoy.

(…) Abrirse al Espíritu de Dios. Nosotros solos no podemos. Es Él quien puede hacer las cosas. Esto me lleva a pensar en nuestra madre Iglesia; también en tantas esterilidades que tiene nuestra madre Iglesia cuando, por el peso de la esperanza en los mandamientos, aquel pelagianismo que todos llevamos en los huesos: se vuelve estéril. (…) La Iglesia es madre, y se hace madre solo cuando se abre a la novedad de Dios, a la fuerza del Espíritu.

Hoy es un día para rezar por nuestra madre Iglesia, por tantas esterilidades del pueblo de Dios. Esterilidades de egoísmos, de poder…, cuando la Iglesia cree poderlo todo, adueñándose de las conciencias de la gente, o de ir por el camino de los Fariseos, de los Saduceos, por el camino de la hipocresía…, la Iglesia es estéril. (…) pidamos al Señor, hoy, mirando el Pesebre, la gracia de la fecundidad de la Iglesia. Que, antes de todo, la Iglesia sea madre, como María. (Papa Francisco. Misa en Santa Marta. Viernes 19 de diciembre del 2014.)


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.

Retoño de Jesé, que brotaste como señal para los pueblos, ven a libramos y no te tardes. R/.

EVANGELIO

San Lucas 1, 5-25
El nacimiento de Juan es anunciado por un ángel.

Lectura del santo Evangelio según san Lucas

Hubo en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.

Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación.

Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo:

«No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre.

Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo».

Pero Zacarías replicó: «¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de edad avanzada». El ángel le contestó: «Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo».

Mientras tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba de que tardara tanto en el santuario. Al salir no pudo hablar y en esto conocieron que había tenido una visión en el santuario. Entonces trató de hacerse entender por señas y permaneció mudo.

Al terminar los días de su ministerio, volvió a su casa. Poco después concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se dejó ver, pues decía: «Esto es obra del Señor. Por fin se dignó quitar el oprobio que pesaba sobre mí».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Fray Nelson Medina, O.P.
Permanecer fieles
Reflexión Evangelio 19 de diciembre
Debemos ser como Elías y Juan Bautista quienes permanecieron fieles porque en esta época muchos
le dan la espalda a Dios y traicionan la fe por conveniencia, por miedo o por un silencio cómplice.
Para la reflexión personal

La falta de confianza, fe y esperanza nos vuelven mudos. Podemos como Zacarías ser creyentes y practicantes, pero estar cerrados a la novedad de Dios, escépticos de que las cosas puedan cambiar, de que las personas puedan convertirse, de que la vida venza a la esterilidad. 

Oración

Señor, haznos experimentar lo que haces hoy como en el pasado, para que también nosotros podamos contar tus maravillas y tus intervenciones transformando nuestras debilidades y pobreza con tu poder. Haznos gustar el saber que estás en nosotros y con nosotros y que nos trasciendes en tu misterio, porque tu camino se dirige al corazón, cuando escuchamos tu Palabra de vida en el silencio y la acogemos humildemente, como hizo la virgen de Nazaret, la mujer del silencio y la interioridad. Amén.

Lecturas sábado 19 de diciembre 

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