Reflexión Evangelio 19 de noviembre | 33º Semana | Tiempo Ordinario – Año Par
JERUSALÉN SOMOS TODOS NOSOTROS
Reflexión Evangelio 19 de noviembre
Reflexión Evangelio jueves 19 de noviembre de 2020
Trigésima tercera semana / Tiempo Ordinario
Año Par
Introducción
El Evangelio cuenta cómo Jesús vino al mundo con gran humildad y ocultamiento…Ciertamente, resalta el hecho de que el conocimiento de las Escrituras y de las profecías mesiánicas no lleva a todos a abrirse a él y a su palabra. Esto lleva a pensar que, poco antes de la pasión, Jesús lloró sobre Jerusalén porque no había reconocido el tiempo de su visita (cf. Lc 19, 44).
Tocamos aquí uno de los puntos cruciales de la teología de la historia: el drama del amor fiel de Dios en la persona de Jesús, que «vino a los suyos y los suyos no lo recibieron» (Jn 1,11). A la luz de toda la Biblia, esta actitud de hostilidad, de ambigüedad o de superficialidad representa la de todo hombre y del «mundo» —en sentido espiritual—, cuando se cierra al misterio del Dios verdadero, que sale a nuestro encuentro con la desarmante mansedumbre del amor. Jesús, el «rey de los judíos» (cf. Jn 18, 37), es el Dios de la misericordia y de la fidelidad; quiere reinar con el amor y la verdad, y nos pide que nos convirtamos, que abandonemos las obras malas y que recorramos con decisión el camino del bien.
Por tanto, en este sentido, «Jerusalén» somos todos nosotros. Que la Virgen María, que acogió con fe a Jesús, nos ayude a no cerrar nuestro corazón a su Evangelio de salvación. Más bien, dejémonos conquistar y transformar por él, el «Emmanuel», el Dios que vino a nosotros para darnos su paz y su amor. (Papa Emérito Benedicto XVI. Ángelus, en la solemnidad de la Epifanía del Señor, 6 de Enero de 2009)
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94,8
R/. Aleluya, aleluya.
No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
San Lucas 19, 41-44
Si comprendieras lo que puede conducirte a la paz.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó:
«¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Para la reflexión personal
- ¿por qué no entendía Jerusalén la gracia especialísima de conversión que se le ofrecía en aquel mismo día con el esplendor del triunfo de Jesús? ¿Por qué se obstinaba en cerrar los ojos a la luz?
- ¿sabemos nosotros descubrir a Jesús presente en nuestras vidas?
Oración
Señor Dios nuestro, luchas diariamente en búsqueda de la paz de tu Hijo, Jesucristo. Danos la gracia de ser tu pueblo escogido, reconociendo día a día el tiempo de tu visitación. Deseamos que hoy mismo sea el momento en que estemos abiertos a tu venida, acogiendo las palabras que nos hablas, acogiendo a la gente que encontramos y a los que claman por compasión y por un poco de calor humano. Amén.