Reflexión Evangelio 24 de diciembre | Feria Privilegiada de Adviento | Misa Matutina – Ciclo A, B y C
CÁNTICO DE BENDICIÓN POR LA VISITA DEL SEÑOR
Reflexión Evangelio 24 de diciembre
Reflexión Evangelio jueves 24 de diciembre de 2020
El cántico de Zacarías
Jueves Feria Mayor de Adviento / Ciclo A, B y C
Introducción
El cántico de Zacarías es un tejido de reminiscencias bíblicas que exalta el cumplimiento de las promesas de salvación hechas por Dios en las antiguas profecías. Zacarías, sacerdote de la antigua ley, pero lleno del Espíritu Santo, en el presente cántico de bendición por la visita del Señor a su pueblo, inaugura la nueva alianza, cuyo precursor será su hijo Juan, en el que la larga espera de siglos llega a su cumplimiento.
El cántico ensalza a Cristo, el sol de la resurrección, engendrado antes de la aurora, que con sus rayos ilumina a los que viven en tinieblas y en espera, vivifica a los que carecen de vida y la imploran. Él es la paz, plenitud de los dones mesiánicos, destinada a los que alaban y dan gloria a Dios. Él, el Verbo del Padre, es luz y vida de los hombres, en el cual ven a Dios y al cual obedecen.
Estamos en la vigilia de la Navidad del Señor, y la Palabra de Dios que resuena en la Iglesia es una actualización de las profecías mesiánicas, invitación a dar gracias y a la alabanza por la inminente venida del Salvador, que ha derramado sus bendiciones sobre el pueblo, manteniendo la fe en sus promesas con el don de la reconciliación y de la salvación universal.
La venida histórica del Mesías nos confirma que Dios ha elegido su «casa» entre nosotros, en el cuerpo de Jesús, su Hijo (d. Jn 1,14). Él mora con su pueblo, no de modo pasajero, sino de modo estable (d. Ap 7,15; 12,2; 13,6; 21,3). Si en el Antiguo Testamento el lugar ideal de la presencia de Dios era el templo o la tienda (cf. Ex 25,8; 40,35; Ez 37,27; JI 4,17), ahora su presencia está en la misma vida del hombre y en la carne visible de Jesús, que tocó y contempló en la fe la primera comunidad de los discípulos (cf. 1 Jn 1,1-4).
Cristo es la revelación y la luz del Padre, pero de modo oculto y humilde; algo interior que sólo los hombres de fe, como los profetas, los santos y María pueden comprender. Su gloria se manifestará en toda su potencia después, cuando desde la cruz a atraiga todos a sí (d. Jn 12,32). Puede parecer una paradoja que la cruz sea glorificación, pero todo se hace luminoso si pensamos que «Dios es amor» (l Jn 4,10) y se manifiesta donde aparece el amor. (Zevini-Cabra, Lectio Divina. Tiempo de Adviento y Navidad. , Vol. 1, Verbo Divino, Navarra, 2001)
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
Sol refulgente de justicia y esplendor de la luz eterna, ven a iluminar a los que yacen en las tinieblas y en las sombras de la muerte. R/.
EVANGELIO
San Lucas 1, 67-79
Nos visitará el sol que nace de lo alto.
Lectura del santo Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetizó diciendo: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, y ha hecho surgir en favor nuestro un poderoso salvador en la casa de David, su siervo. Así lo había anunciado desde antiguo, por boca de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos aborrecen, para mostrar su misericordia a nuestros padres y acordarse de su santa alianza.
El Señor juró a nuestro padre Abraham concedernos que, libres ya de nuestros enemigos, lo sirvamos sin temor, en santidad y justicia delante de él, todos los días de nuestra vida.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos y a anunciar a su pueblo la salvación, mediante el perdón de los pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombras de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Para la reflexión personal
- ¿Cómo vivimos personalmente esta vigilia y qué compromiso de vida nos exige?
- ¿Es también para nosotros Jesús el centro de la historia, nuestra morada y la plenitud de todas nuestras aspiraciones humanas?
Oración
Señor Jesús, Verbo del Padre y luz de los hombres, te adoramos en esta vigilia de Navidad y esperamos gozosos tu venida. Como la virgen María, lugar de la encarnación, concédenos saber interiorizar tu Palabra para descubrir cada vez más la hondura de este misterio dentro de nosotros mismos, misterio en el que «vivimos, nos movemos y existimos» (Hch 17,28), y llegar a ser contemplativos como María para no confundir esta Palabra con nuestro mismo ser, sino identificamos con la que lleva al Verbo en sus entrañas y lo engendra como hijo suyo. Amén.
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