Reflexión Evangelio 26 de Enero | Semana III del Tiempo Ordinario, martes – Año Impar
LA FE ES UN DON, NO UNA CULTURA
Reflexión Evangelio 26 de Enero
Reflexión Evangelio 26 de Enero
Martes 25 de enero de 2021
Santos Tito y Timoteo, Obispos – Memoria
Semana III del Tiempo Ordinario, martes – Año Impar
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (cfr. Lc 4, 18)
R/. Aleluya, aleluya
El Señor me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad. R/.
EVANGELIO
Lucas 10, 1-9
La mies es mucha y los obreros pocos
Lectura del santo evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: «Paz a esta casa». Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed lo que tengan, porque el obrero merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: «Está cerca de vosotros el reino de Dios»».
Palabra del Señor. Gloria a ti Señor.
Reflexión
Una cosa es trasmitir la fe y otra es enseñar las cosas de la fe. La fe es un don. La fe no se puede estudiar. Se estudian las cosas de la fe, sí, para entenderla mejor, pero solo con el estudio no se llega a la fe. La fe es un don del Espíritu Santo, un regalo, que va más allá que cualquier preparación. Y es un regalo que pasa a través del hermoso trabajo de las madres y abuelas, ese bonito trabajo de las mujeres de una familia, puede ser incluso la empleada doméstica o una tía las que trasmiten la fe.
(…) Son contrarias a la fe viva —dice San Pablo— dos cosas: el espíritu cobarde y la vergüenza. Dios no nos dio un espíritu cobarde. El espíritu cobarde va contra el don de la fe, no lo deja crecer, ni que siga adelante, ni que sea grande. Y la vergüenza es este pecado: Sí, tengo fe, pero la tapo, para que no se vea mucho. Un poco de acá, un poco de allá: como dirían nuestros mayores, un barniz de fe, porque me avergüenzo de vivirla en serio. Pues esa no es la fe: ni cobardía ni vergüenza.
¿Y entonces qué es? Es un espíritu de fuerza, caridad y prudencia. Eso es la fe. El espíritu de prudencia es saber que no podemos hacer todo lo que nos dé la gana, significa buscar caminos, maneras de llevar adelante la fe, pero con prudencia.
Pidamos al Señor la gracia de tener una fe sincera, una fe no negociable, a merced de las oportunidades que se presenten. Una fe que cada día procuro reavivar o, al menos, pido al Espíritu Santo que la reavive de modo que pueda dar mucho fruto. (SS. Papa Francisco Misa en Santa Marta. Lunes 26 de enero del 2015.)
Para la reflexión personal
«aun a costa de renuncias y sacrificios, busca siempre la verdad que debe transmitir a los demás. No vende ni disimula jamás la verdad por el deseo de agradar a los hombres, de causar asombro, ni por originalidad o deseo de aparentar» (Pablo VI, Exhor. Apost. Evangelii nuntiandi, No.78.)
Oración
Señor, sabemos que somos siervos inútiles, incapaces de corresponder a tu amor por nosotros. Sin embargo, nos dejamos arrastrar por nuestro orgullo, pretendemos juzgar a los otros, nos jactamos como si por nuestro mérito, y no por tu misericordia, hubiéramos sido llamados a formar parte de tu Iglesia. Ayúdanos a poner en el centro tu Evangelio y no nuestras convicciones. Por orden y claridad en las motivaciones de nuestro obrar. Sé tú nuestra única fuerza para vencer nuestros miedos. Amén.