Reflexión Evangelio 27 de marzo | Quinta Semana de Cuaresma – Sábado
EL ESCÁNDALO DE LA CRUZ
Reflexión Evangelio 27 de marzo
Reflexión Evangelio 27 de marzo
Sábado 27 de marzo de 2021
Quinta Semana de Cuaresma
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Ez 18, 31
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Juan 11, 45-56
Jesús debía morir para congregar a los hijos de Dios, que estaban dispersos.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver que Jesús había resucitado a Lázaro, creyeron en él. Pero algunos de entre ellos fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron al sanedrín y decían: «¿Qué será bueno hacer? Ese hombre está haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en él, van a venir los romanos y destruirán nuestro templo y nuestra nación».
Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: «Ustedes no saben nada. No comprenden que conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca». Sin embargo, esto no lo dijo por sí mismo, sino que, siendo sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación, y no sólo por la nación, sino también para congregar en la unidad a los hijos de Dios, que estaban dispersos. Por lo tanto, desde aquel día tomaron la decisión de matarlo.
Por esta razón, Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la ciudad de Efraín, en la región contigua al desierto y allí se quedó con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las regiones circunvecinas llegaron a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús en el templo y se decían unos a otros: «¿Qué pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?».
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión
Después del «signo» de la resurrección de Lázaro, las autoridades judías están ya decididas a matara Jesús, considerado un hombre peligroso. La decisión muestra la ceguera total de los jefes respecto a Jesús. En el plano histórico el sanedrín decide la muerte de Jesús, pero en realidad -y Juan se desplaza al plano teológico- el Padre está llevando a cabo su designio de salvación gracias a la adhesión filial de Cristo a su obra.
La situación es irreversible: se ha decidido la muerte de Jesús. El escándalo de la cruz aparece a nuestros ojos, y en la tierra nada ha cambiado. Por todas partes conflictos, sobre todo en nosotros mismos… ¿Lograremos el éxito donde Jesús ha fracasado?
La locura de la cruz
A lo largo de este tiempo de pasión tendremos ocasión de enfrentarnos al realismo de la cruz. Cristo ha venido para hacernos partícipes de la promesa maravillosa de que Dios es todo en todos. Pero para realizarlo no ha suprimido los conflictos ni nos ofrece una paz barata. El mismo se ha adentrado en el meollo del conflicto que lacera el corazón humano y nos ha conseguido la victoria del amor… Se trata de una victoria lograda mediante la locura de la cruz y el sacrificio de la obediencia, que coincide cabalmente con la gloria eterna.
A través de este mismo camino, también nosotros podemos entrar en la gloria, que comienza ya aquí. Esa es la tarea de nuestra vida, el compromiso de este día. Rechazar la lucha -lo cual equivale a seguir nuestros deseos instintivos- y permitir que la división arraigue en nosotros y en el mundo es como ponerse al lado de los enemigos de Cristo. Aceptar generosamente la lucha, contando con la gracia de Dios, pedida en la oración, significa participar en la victoria definitiva del amor y poseer ya el gozo de Dios. (Lectio Divina, Zevini-Cabra)
Reflexión Evangelio 27 de marzo por Fray Nelson Medina
Para la reflexión personal
Jesús se queda solo. Los discípulos han ido desapareciendo uno tras otro. «El Señor fue flagelado, y nadie le ayudó; fue afeado con salivas, y nadie le amparó; fue coronado de espinas, y nadie le protegió; el Señor fue crucificado, y nadie le desclavó» 12. Se encuentra solo ante todos los pecados y bajezas de todos los tiempos. Allí estaban también los nuestros.
Oración
Señor, que, siguiendo tu ejemplo, opongamos amor al odio, mansedumbre a la violencia, perdón a la venganza, paz a la enemistad, bendición a la maldición. No permitas que en la hora de la prueba nos venza el miedo y nos haga caer en el pecado de la incredulidad y el desamor. Antes al contrario, haz que siempre seamos más tuyos y ayudados del Espíritu Santo, vayamos a ti unidos, llevando en brazos a este mundo al que tú, incansablemente, amas y quieres salvar. Amén.
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El Culto. Tema #8