Reflexión Evangelio 28 de Enero | Semana III Tiempo Ordinario, jueves – Año Impar
PORTADORES DE LA LUZ DIVINA
Reflexión Evangelio 28 de Enero
Reflexión Evangelio 28 de Enero
Jueves 28 de enero de 2021
Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia – Memoria
Semana III del Tiempo Ordinario, jueves – Año Impar
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Sal 118, 105)
R/. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos y una luz en mi sendero. R/.
EVANGELIO
Marcos 4, 21-25
La misma medida que utilicen para tratar a los demás, se usará para tratarlos a ustedes.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: «¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido, es para que se descubra; y si algo se ha ocultado, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga».
Siguió hablándoles y les dijo: «Pongan atención a lo que están oyendo. La misma medida que utilicen para tratar a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces. Al que tiene, se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará».
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión
A los apóstoles -y a todos los cristianos- les ha sido manifestado el secreto del Reino de los Cielos; ellos, como portadores de la luz divina, se han convertido por eso en lámparas: ya no pueden permanecer escondidos; su tarea concreta es la de iluminar a los otros, guiarles hacia la Luz verdadera. He aquí, pues, que vuelve, apremiante, la invitación -más aún, el compromiso- de escuchar: los apóstoles no pueden anunciar nada de su propia cosecha, sino sólo lo que han recibido, con una fidelidad y humildad extremas: son discípulos del único Maestro.
El cristiano camina incansablemente por un camino nuevo y vivo. Es el amor derramado por el Padre en nuestros corazones el que nos da ojos para descubrir a nuestro alrededor situaciones de pobreza que tienen necesidad de socorro, de consuelo, de esperanza. Estamos todos en camino hacia la morada de paz, pero no llegaremos a ella sino juntos, ayudándonos mutuamente.
Jesús nos invita en el evangelio de Marcos a escuchar atentamente su Palabra, para que nos impregnemos hasta tal punto de ella que la hagamos rebosar fuera de nosotros, que la irradiemos. El autor de la carta a los Hebreos nos propone una manera muy sencilla de ser misioneros del evangelio: animamos recíprocamente, evangelizarnos unos a otros practicando la caridad fraterna en las situaciones de la vida cotidiana.
Es imposible que este amor humilde y sincero no suscite interrogantes en quienes nos ven vivir de un modo tan «diferente» y tan bello. Las historias de muchas conversiones han empezado precisamente así: del encuentro con creyentes que vivían a Jesús. «¿Acaso se trae la lámpara para taparla con una vasija de barro?». A buen seguro que no. La lámpara existe sólo para brillar con un rayo de esperanza en la oscuridad de la noche. Como los cristianos en el mundo. (Lectio Divina. Zevini – Cabra)
Para la reflexión personal
- ¿somos en verdad luz? ¿iluminamos, comunicamos fe y esperanza a los que nos están cerca?
- ¿somos signos y sacramentos del Reino en nuestra familia o comunidad o sociedad? ¿o somos opacos, «malos conductores» de la luz y de la alegría de Cristo?
Oración
Señor Jesús, tú nos alimentas con tu precioso cuerpo y tu preciosa sangre, nos instruyes e iluminas misericordiosamente con tu palabra y por medio del Espíritu Santo, revelado tus misterios. Concédenos aceptar en nosotros tu luz y a la vez comunicar con nuestras palabras y nuestras obras esa misma luz a una humanidad que anda siempre a oscuras. Aumenta en nosotros la medida del amor para poder contemplar tu gloria. Amén.
Pingback: Reflexión Evangelio 29 de Enero | Semana III Tiempo Ordinario, viernes