Reflexión Evangelio 4 de febrero | Semana IV Tiempo Ordinario, jueves – Año Impar

LA MISIÓN APOSTÓLICA
Reflexión Evangelio 4 de febrero

Reflexión Evangelio 4 de febrero
Jueves 4 de febrero de 2021
Semana IV del Tiempo Ordinario, jueves – Año Impar


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Mc 1, 15)
R/. Aleluya, aleluya.

El Reino de Dios ya está cerca, dice el Señor. conviértanse y crean en el Evangelio. R/.

EVANGELIO

Marcos 6, 7-13
Los fue enviando de dos en dos

Lectura del santo Evangelio según san Marcos

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica.

Y les dijo: «Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos». Los discípulos se fueron a predicar la conversión. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban. 
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

(…) el término «apóstoles» significa precisamente «enviados, mandados». Su vocación se realizará plenamente después de la resurrección de Cristo, con el don del Espíritu Santo en Pentecostés. Sin embargo, es muy importante que desde el principio Jesús quiere involucrar a los Doce en su acción: es una especie de «aprendizaje» en vista de la gran responsabilidad que les espera.

El hecho de que Jesús llame a algunos discípulos a colaborar directamente en su misión, manifiesta un aspecto de su amor: esto es, Él no desdeña la ayuda que otros hombres pueden dar a su obra; conoce sus límites, sus debilidades, pero no los desprecia; es más, les confiere la dignidad de ser sus enviados. Jesús los manda de dos en dos y les da instrucciones, que el evangelista resume en pocas frases.

La primera se refiere al espíritu de desprendimiento: los apóstoles no deben estar apegados al dinero ni a la comodidad. Jesús además advierte a los discípulos de que no recibirán siempre una acogida favorable: a veces serán rechazados; incluso puede que hasta sean perseguidos. Pero esto no les tiene que impresionar: deben hablar en nombre de Jesús y predicar el Reino de Dios, sin preocuparse de tener éxito. El éxito se lo dejan a Dios.

[…] Igualmente, en el Evangelio Jesús advierte a los Doce que podrá ocurrir que en alguna localidad sean rechazados. En tal caso deberán irse a otro lugar, tras haber realizado ante la gente el gesto de sacudir el polvo de los pies, signo que expresa el desprendimiento en dos sentidos: desprendimiento moral —como decir: el anuncio os ha sido hecho, vosotros sois quienes lo rechazáis— y desprendimiento material —no hemos querido y nada queremos para nosotros (cf. Mc 6, 11).

La otra indicación muy importante del pasaje evangélico es que los Doce no pueden conformarse con predicar la conversión: a la predicación se debe acompañar, según las instrucciones y el ejemplo de Jesús, la curación de los enfermos; curación corporal y espiritual.

Habla de las sanaciones concretas de las enfermedades, habla también de expulsar los demonios, o sea, purificar la mente humana, limpiar, limpiar los ojos del alma que están oscurecidos por las ideologías y por ello no pueden ver a Dios, no pueden ver la verdad y la justicia. Esta doble curación corporal y espiritual es siempre el mandato de los discípulos de Cristo. Por lo tanto la misión apostólica debe siempre comprender los dos aspectos de predicación de la Palabra de Dios y de manifestación de su bondad con gestos de caridad, de servicio y de entrega. (Papa Emérito Benedicto XVI. Homilía 15 de julio de 2012)


Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión Evangelio 4 de febrero
¿Conoces a tus santos amigos?
Es bueno que cultives una relación de verdadero cariño, de cercanía, de amistad con los ángeles y bienaventurados del cielo.
Para la reflexión personal

«El sufrimiento, más que cualquier otra cosa, es el que abre el camino a la gracia que transforma las almas. El sufrimiento, más que todo lo demás, hace presente en la historia de la humanidad la fuerza de la Redención» (San Juan Pablo II, Carta Apost. Salvifici doloris, 11 de febrero de 1984, 27)

Oración

Señor Jesucristo, concédenos anclar nuestra vida manteniendo fija nuestra mirada en ti. Deseamos perseverar en la fe incluso en los períodos en los que abunden las tribulaciones; forjarnos con las mismas pruebas y fatigas una conducta digna de ser tus enviados. Fortalécenos con tu gracia para cumplir con la misión que nos encomiendas de ir lejos, hacia los hombres y mujeres que aún no te conocen, a fin de que puedan encontrarte. Que sólo nos guíe tu Espíritu, a fin de que todo lo que hagamos o digamos nazca del amor y suscite amor. Que nuestra misma vida sea una auténtica profesión de fe y un claro testimonio de que somos tuyos y sólo queremos pertenecerte a ti. Amén.

Lecturas del día

Formación de valores en la familia

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