Reflexión jueves 3 de junio | 9na. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar
¿A QUIÉN VES EN EL PRÓJIMO?
Reflexión jueves 3 de junio
Reflexión jueves 3 de junio de 2021
9na. Semana Tiempo Ordinario
Año Impar
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cf. 2Tm 1, 10)
R/. Aleluya, aleluya.
Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte y sacó a la luz la vida, por medio del Evangelio.
EVANGELIO
Marcos 12, 28b-34
No hay mandamiento mayor que éstos
Lectura del santo evangelio según san Marcos
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús: «El primero es: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser«. El segundo es éste: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay mandamiento mayor que éstos».
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor
Reflexión
Igual que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, de la misma manera ordenó que el amor al hombre fuera a imagen y semejanza del amor que se debe a su Divinidad. Amar al prójimo por caridad es amar a Dios en el hombre, o amar al hombre en Dios es amar a la criatura por amor de Dios.
El joven Tobías, acompañado del arcángel Rafael, fue al lugar de su pariente Ragüel, al que no conocía y Ragüel, nada más verle, dijo a Ana su mujer: ¡Cómo se parece este joven a mi primo!, y yendo hacia él le besó derramando lágrimas: bendito seas, hijo mío, porque eres hijo de una persona muy buena…
¿Cómo es que Ragüel, sin conocer a Tobías, le besa y acaricia? ¿De dónde tanto cariño sino de que quería mucho a Tobías padre, al que el hijo se parecía tanto? Y ¿por qué le bendice? Ciertamente no es porque sea una buena persona, pues aún no lo sabe, sino porque es el hijo de un hombre de bien, al que se parece mucho.
¿A quien ves en el prójimo?
Verdaderamente, cuando vemos a un prójimo, creado a imagen y semejanza de Dios, deberíamos decirnos los unos a los otros: ¡Cómo se parece esa criatura al Creador; deberíamos bendecirle mil y mil veces! ¿Y eso por amor a la persona? No, sino por el amor de Dios, que la ha formado a su imagen y semejanza, por el amor de Dios, de quien ella es, por quien ella es, en quien ella está y para quien ella es.
Por eso, el amor divino no solamente manda amar al prójimo sino que produce ese amor y Él mismo lo derrama en el corazón humano. (San Francisco de Sales. Tratado del Amor de Dios V, 204)
Para la reflexión personal
«Los antiguos paganos, hombres civilizados para la época en que vivieron, se inventaron ídolos a los que adoraban de formas diversas. Muchos hombres civilizados de nuestros días, nuevos paganos, levantan ídolos mejor construidos y más refinados: parece producirse en nuestros días una verdadera adoración e idolatría» Conc. Vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, 7 tomado de Hablar con Dios
Oración
Padre nuestro, tú quieres que tu corazón sea la medida de nuestro amor, pero tú eres siempre más grande que nuestro corazón. Te pedimos que tu Hijo Jesucristo nos dé un corazón de carne en el que arda un fuego de amor inextinguible, y que nos impulse a seguirle plenamente hacia ti y hacia todos los que nos has encomendado. Concédenos que nuestro tibio y anémico amor se vuelva rico y espontáneo, como aliento fresco de vida y alegría, que ilumine las vidas de los que nos rodean y que sea, aun sin palabras, como un canto de alabanza a Dios. Amén.