Reflexión Jueves 9 de septiembre | 23a. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar
CUATRO TIPOS DE MEDIDAS
Reflexión Jueves 9 de septiembre
Reflexión Jueves 9 de septiembre de 2021
23a. Semana Tiempo Ordinario
Año Impar
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 1 Jn 4, 12
R/. Aleluya, aleluya.
Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. R/.
EVANGELIO
Lucas 6, 27-38
Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Lucas
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; quien te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman sólo a los que los aman, ¿Qué hacen de extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿Qué tiene de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿Qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de cobrárselo después.
Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos».
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión
Nuestro Señor menciona cuatro tipos de medidas que se le darán al hombre: una medida generosa, una medida colmada, una medida remecida y una medida rebosante […] Comprended primero lo que es una buena medida. Consiste en que el hombre cumpla la voluntad de Dios, viva según sus mandamientos y los de la santa Iglesia […], que practique los sacramentos y sienta el dolor de sus pecados […], que ame a Dios y a su prójimo […] He aquí una vida verdaderamente cristiana […]; podemos llamarlo lo estrictamente necesario […]
Cuando el hombre se inicia en la vida espiritual, se propone buenas prácticas exteriores, tales como oraciones, sacrificios, ayunos y otras formas particulares de devoción. Luego, esta es la medida colmada que se le da, a saber un ejercicio interior e íntimo, por el cual el hombre pone todo su celo en buscar a Dios en lo más profundo de su ser, porque es allí donde está el Reino de Dios (Lc 17,21). Hijos míos, esta vida es muy diferente de la primera, como correr es diferente de estar sentado. […]
La medida remecida
Viene luego la medida remecida: es el amor desbordado. Este amor lo da todo, todas las buenas obras, toda la vida, todo el sufrimiento. Lleva en su vaso todo el bien que se hace en el mundo, por parte de todos los hombres, buenos o malos […]; todo está en la caridad […] El amor absorbe todo el bien que se encuentra en el cielo, en los ángeles y los santos, los sufrimientos de los mártires. Atrae hacia sí todo lo que hay de bueno en todas las criaturas del cielo y de la tierra, donde una gran parte se pierde o por lo menos parece que se pierde; la caridad no lo deja perder. […]
Viene luego la medida desbordante. Esta medida está tan plena, es tan abundante, tan generosa que se desborda por todas partes. Nuestro Señor toca con un dedo el vaso y enseguida se desborda de dones muy por encima de su capacidad […] Todo se esparce, se pierde en Dios y se hace uno con Él. Dios se ama a sí mismo en estos hombres, opera todas sus obras en ellos […] Así es como la medida de los corazones desbordantes se difunde por toda la Iglesia. (Juan Taulero, dominico. Sermón 39, domingo 4º después de la Trinidad.)
Reflexión Jueves 9 de septiembre de 2021
Para la reflexión personal
«¿procuramos ofrecer todo al Señor?, ¿lo ordinario de cada jornada y, si se presentan, las circunstancias más extraordinarias y difíciles: una grave enfermedad, la persecución, la calumnia? Especialmente entonces debemos recordar lo que ayer leíamos en el Evangelio de la Misa: (Cfr. Lc 6, 20-26). alegraos y regocijaos en aquel día, porque es muy grande vuestra recompensa.»
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.
Oración
Señor, Dios Todopoderoso, rico en misericordia y perdón, de quien procede todo lo bueno y hacia quien orientamos nuestra vida: mira nuestra torpeza para amar, nuestra poca generosidad en la entrega y nuestra dificultad a la hora de perdonar. profundiza y ensancha nuestro limitado amor; Modela nuestro corazón sin medida, como el tuyo, para que nos llamemos hijos e hijas tuyos, Te pedimos nos concedas un corazón misericordioso que se compadezca de las necesidades de nuestros hermanos. Amén.
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