Reflexión Lunes 23 de agosto | 21a. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar
ÚLTIMA LLAMADA A LA CONVERSIÓN
Reflexión Lunes 23 de agosto
Reflexión Lunes 23 de agosto de 2021
21a. Semana Tiempo Ordinario
Año Impar
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Jn 10, 27)
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor, yo las conozco y ellas me siguen. R/.
EVANGELIO
Mateo 23, 13-22
¡Ay de ustedes, guías ciegos!
✠ Lectura del santo Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos:
«¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un adepto y, cuando lo consiguen, lo hacen todavía más digno de condenación que ustedes mismos!
¡Ay de ustedes, guías ciegos, que enseñan que jurar por el templo no obliga, pero que jurar por el oro del templo, sí obliga! ¡Insensatos y ciegos!
¿Qué es más importante, el oro o el templo, que santifica al oro? También enseñan ustedes que jurar por el altar no obliga, pero que jurar por la ofrenda que está sobre él, sí obliga. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar, que santifica a la ofrenda?
Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él».
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión
[Vemos aquí] un apóstrofe de tono profético dirigido contra los maestros de la ley y los fariseos, con una serie de siete «ay de». No se trata de una amenaza, sino más bien de la exclamación acongojada de quien, al ver acercarse el castigo de una manera ineludible, dirige la última llamada vehemente a la conversión.
Jesús censura en particular la estrechez de los fariseos, que entran en polémicas sobre la ley para plegarla a sus propios intereses y, mientras la vacían de su significado, ostentan una observancia escrupulosa con el objetivo de suscitar admiración en los otros (vv. 16-32).
Nada permanece secreto, nada escondido, precisamente nada. En realidad, la humanidad se divide en dos categorías: aquellos cuyas culpas escondidas han salido a la luz y aquellos cuya realidad escondida no ha salido a la luz. A éstos se les llama «morales», honestos; a aquéllos, «inmorales», deshonestos.
Nosotros llevamos una existencia pública, visible, y al lado una existencia oculta, secreta, de pensamientos, sentimientos y esperanzas que nadie llega a conocer; y nos quedaríamos paralizados de terror si supiéramos que todos nuestros pensamientos y todos nuestros sentimientos pudieran ser exhibidos a los ojos de todos.
Y he aquí que, contra toda regla dictada por la discreción, se dice en la Biblia que al final compareceremos ante Cristo con todo lo que somos y hayamos sido, y no sólo ante Cristo, sino también ante los hombres que estén junto a nosotros.
Última llamada a la conversión
Será Cristo quien juzgue. Será su Espíritu el que discierna entre los espíritus. En consecuencia, sólo cuenta una pregunta: ¿cómo te sitúas respecto a este hombre Jesucristo? Quien aquí abajo haya pasado a su lado sin haber pronunciado su «sí» o su «no» con claridad, en la hora de la muerte, cuando su vida sea pesada en la eternidad, deberá estar frente a él, deberá mirarle a la cara.
Y su pregunta será: «¿Has vivido en el amor a Dios y a los hombres, o bien has vivido sólo para ti mismo?» En ese momento no habrá ninguna escapatoria, ninguna excusa, ninguna charla; en ese momento toda la vida quedará al descubierto a la luz de Cristo «para que cada uno reciba el premio o castigo que le corresponda por lo que hizo durante su existencia corporal» (2 Cor 5,10) (D. Bonhoeffer, Memoria e fedelta, Qiqajon, Magnano 1995, 226-230, passim). (Tomado de G. Zevini, Lectio Divina. Verbo Divino (2008), cf. pp. 447-453.)
Reflexión Lunes 23 de agosto de 2021
Para la reflexión personal
Una de las gracias más grandes que podemos haber recibido es la de tener quien nos oriente en esta senda de la vida interior; y si no hemos encontrado aún a quien nos enseñe y aconseje, en nombre de Dios, en la construcción del propio edificio espiritual, pidámoslo al Señor: quien busca, encuentra; el que pide, recibe; al que llama, se le abrirá (Cfr. Mi 7, 7). Él no dejará de darnos este gran bien.
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.
Oración
¡Ay de ustedes…! No queremos oírlo un día de tu boca dirigido a nosotros, cuando finalmente te contemplemos en tu gloria. Te pedimos, Espíritu Santo, que nos ilumines para que comprendamos y acojamos toda novedad de tu Evangelio, para que no bajemos a compromisos con una religión hecha a medida de nuestra mezquindad, de nuestra avaricia, de nuestra estrecha visión de vida. Padre nuestro, a ti queremos conocerte y servirte, por ti queremos ser amados, porque tú eres el único que habita en el templo, el que está sentado en el cielo, el Dios vivo y verdadero. Amén.
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