Reflexión Martes 27 de julio | 17a. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar

EL JUICIO DE DIOS
Reflexión Martes 27 de julio

Reflexión Martes 27 de julio de 2021
17a. Semana Tiempo Ordinario
Año Impar

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr.
R/. Aleluya, aleluya.

La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre. R/.

EVANGELIO

Mateo 13, 36-43
Así como recogen la cizaña y la queman, así será el fin del mundo.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo

En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: «Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo».

Jesús les contestó: «El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del demonio; el enemigo que la siembra es el demonio; el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación.

Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga». 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

La parábola evangélica de la buena semilla y de la cizaña encuentra su explicación en la contraposición entre dos bandos capitaneados por el divino sembrador y por el sembrador malvado. El punto central del mensaje de Jesús, por consiguiente, no es sólo la necesaria convivencia entre el trigo y la cizaña hasta el tiempo de la siega, sino la diferente suerte que corren los buenos, los hijos del Reino de Dios, y los malos, los hijos del maligno. 

La pregunta de fondo a la que pretende responder la parábola es la de siempre, tanto la expresada por las primeras comunidades cristianas, como la que vuelven a expresar constantemente nuestras comunidades: ¿por qué hay malos cristianos en la comunidad creyente? Mateo responde dando dos razones; la primera es que la siembra ha sido hecha al mismo tiempo tanto por Dios como por el maligno; la segunda es que el tiempo de la separación está reservado sólo para Dios. 

La vida del hombre es el tiempo en el que todo creyente debe realizar su opción. La convivencia con los malos no debe ser causa de pesimismo para los buenos; Dios la tolera e impide a aquellos que son demasiado exigentes «eliminar» a los malos con la excusa de acabar con el mal; al contrario, los buenos deben compartir con los pecadores y vencer así al mal con el bien. 

El Juicio de Dios

Sólo al final de la vida vendrá la siega (v.39), esto es, el juicio de Dios. En ese momento aparecerá clara la suerte diferente reservada a «todos los que fueron causa de tropiezo» (v. 41) y a los «justos» (v. 43), cuando el Cristo glorioso se levante como juez supremo con sus ángeles y purifique a su Iglesia del mal. Esta perspectiva final es de aliento para los creyentes, que deben hacer frente en la vida de cada día a dificultades y pruebas de todo tipo. 

Hemos de preguntamos si no dejamos que la cizaña ahogue la buena semilla con otros modos de pensar y de vivir la relación con Dios. En efecto, con frecuencia el Dios-Abbá, tierno y misericordioso, es sustituido en nuestra vida por otros dioses que no tienen nada que ver con Aquel cuyo rostro nos fue revelado por Jesús. Esos dioses engendran en nosotros actitudes que andan lejos de las que Jesús vivió intensamente e inculcó con la misma intensidad en quienes querían seguirle. (Lectio Divina. Zevini-Cabra).

Reflexión Martes 27 de julio de 2021

Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión Martes 27 de julio de 2021
Retirarse para consultar al Señor.
Los mandamientos son fruto de oración, de humildad, de fe ante todo de la generosidad de Dios que se deja consultar para descubrir que son la respuesta y la expresión de su amor.
Para la reflexión personal

Del mismo modo, el Señor nos ofrece ahora su amistad desde el Sagrario. Allí nos consuela, nos anima, nos perdona. En el Sagrario, como en aquella Tienda del encuentro, habla el Señor con todos, cara a cara, como un hombre habla con su amigo. Con la gran diferencia de que aquí, en nuestros templos, está Dios hecho Hombre.
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.

Oración

Señor Dios nuestro, sembrador y amante de todo lo bueno. A veces somos impacientes acerca de las debilidades humanas de tu Iglesia, tanto de sus líderes como de sus miembros. Ayúdanos a no condenar tan fácilmente, sino a mirar nuestros propios defectos, y a trabajar con todas nuestras fuerzas para poder revelar en nosotros y en la Iglesia el rostro genuino de Jesús. Cuenta con nosotros, tal como somos, con nuestras cualidades y defectos, para que participemos, en la siembra de tu semilla en este mundo. Danos la gracia de tener una oración tan íntima, que ilumine nuestros rostros y nuestras vidas, como lo hizo con Moisés. Amén.


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