Reflexión Martes 7 de septiembre | 23a. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar
¿POR QUÉ SÓLO SE MANIFESTÓ A SUS DISCÍPULOS?
Reflexión Martes 7 de septiembre
Reflexión Martes 7 de septiembre de 2021
23a. Semana Tiempo Ordinario
Año Impar
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Jn 15,16)
R/. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. R/.
EVANGELIO
Lucas 6, 12-19
Pasó la noche en oración y eligió a doce discípulos, a los que llamó apóstoles.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Lucas
Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa, de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
Reflexión
Es un signo evidente de que Jesús llama a sus discípulos y colaboradores de los más diversos estratos sociales y religiosos, sin exclusiones. A él le interesan las personas, no las categorías sociales o las etiquetas.
Y es hermoso que en el grupo de sus seguidores, todos, a pesar de ser diferentes, convivían juntos, superando las imaginables dificultades: de hecho, Jesús mismo es el motivo de cohesión, en el que todos se encuentran unidos. Esto constituye claramente una lección para nosotros, que con frecuencia tendemos a poner de relieve las diferencias y quizá las contraposiciones, olvidando que en Jesucristo se nos da la fuerza para superar nuestros conflictos.
Conviene también recordar que el grupo de los Doce es la prefiguración de la Iglesia, en la que deben encontrar espacio todos los carismas, pueblos y razas, así como todas las cualidades humanas, que encuentran su armonía y su unidad en la comunión con Jesús.
¿Por qué sólo se manifestó a sus discípulos?
[…] Es una cuestión de gran actualidad; también nosotros preguntamos al Señor: ¿por qué el Resucitado no se ha manifestado en toda su gloria a sus adversarios para mostrar que el vencedor es Dios? ¿Por qué sólo se manifestó a sus discípulos? La respuesta de Jesús es misteriosa y profunda. El Señor dice: «Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y pondremos nuestra morada en él» (Jn 14, 22-23).
Esto quiere decir que al Resucitado hay que verlo y percibirlo también con el corazón, de manera que Dios pueda poner su morada en nosotros. El Señor no se presenta como una cosa. Él quiere entrar en nuestra vida y por eso su manifestación implica y presupone un corazón abierto. Sólo así vemos al Resucitado.
[…] En medio de todas las tentaciones, con todas las corrientes de la vida moderna, debemos conservar la identidad de nuestra fe. […] Por otra parte, es preciso tener muy presente que nuestra identidad exige fuerza, claridad y valentía ante las contradicciones del mundo en que vivimos.
El Apóstol, […] vive en plenitud su fe, a la que pertenecen realidades grandes, como la integridad moral y la alegría, la confianza y, por último, la alabanza, todo ello motivado sólo por la bondad de nuestro único Dios y por la misericordia de nuestro Señor Jesucristo. (Papa Emérito Benedicto XVI. Audiencia General. Miércoles 11 de octubre de 2006)
Reflexión Martes 7 de septiembre de 2021
Para la reflexión personal
«En ocasiones, a nuestra oración le faltan la humildad, la confianza, la perseverancia que le serían necesarias; apoyémosla en la de Cristo; pidámosle que nos inspire orar como conviene, según las intenciones divinas, que haga brotar la oración de nuestros corazones y la presente a su Padre, para que seamos uno con Él por toda la eternidad.»
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.
Oración
Señor Dios nuestro, por el bautismo nos has injertado en tu Hijo Jesucristo. También, en la oración, en cada retiro, en cada eucaristía y encuentro con Jesús, nos llamas por nuestro nombre. Nos hablas de su grandeza y de su obra de amor, por la cual él nos reconcilió contigo; y nos das la misión de extender tu mensaje de salvación y la construcción de tu Reino en nuestra sociedad. Queremos seguir compartiendo su vida, por eso, pedimos que tu Santo Espíritu no colme con su fuerza, para que aprendamos de él y que sepamos morir a nosotros mismos, sirviendo como Jesús lo hizo. Amén.
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