Reflexión Miércoles 11 de agosto | Santa Clara de Asís, virgen – Memoria.
LA CORRECCIÓN FRATERNA
Reflexión Miércoles 11 de agosto
Reflexión Miércoles 11 de agosto de 2021
Santa Clara de Asís, virgen – Memoria.
19a. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. 2 Co 5, 19)
R/. Aleluya, aleluya.
Dios reconcilió al mundo consigo por medio de Cristo, ya nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. R/.
EVANGELIO
Mateo 18, 15-20
Si tu hermano te escucha, lo habrás salvado.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos.
Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano. Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
Yo les aseguro también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos».
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión
He aquí una comunidad particular, concreta, amasada de Evangelio y de culpa, de amor y de egoísmo. Un discípulo ha cometido una «culpa» en su interior. ¿Qué se puede hacer? ¿Dejar que se pierda? ¿Marginarlo? ¿Juzgarlo? La imagen del buen pastor en busca de la ovejilla perdida sugiere otro estilo. Hay que poner en acción la pedagogía de la paciencia para «ganarse» al pecador.
Tres notas caracterizan la progresión apremiante del perdón. Antes de hacer público al que yerra está el diálogo a dos. Es el momento del amor discreto. Después se sugiere la implicación de «una o dos personas»: no como testigos de la culpabilidad del imputado, sino como hermanos dotados de autoridad para garantizar una mayor eficacia en la corrección fraterna. Es el paso del amor apremiante. Y, por último, la Iglesia: con la fuerza de su poder de misericordia y de verdad, toda la comunidad debe hacerse cargo del que yerra.
Pero también ella puede fracasar. Sin embargo, ni siquiera sobre el rechazo perverso del pecador pende un juicio de exclusión definitiva… No queda entonces más que la fantasía inagotable de la misericordia de Dios en sus llamadas sin límite. En suma, la comunidad fraterna está completamente abierta a vencer el corazón del pecador.
La misma «pasión» que siente por el hermano que se equivoca se convierte en sinfonía hacia lo alto, en sinfonía de una oración increíblemente eficaz. Y esto es posible viviendo en una adhesión singular: el estar reunidos en el nombre de Jesús. La fórmula es precisa: expresa la dirección de una fraternidad que tiende al Señor. De este modo, la comunidad eclesial se convierte en un lugar extraordinario: es el signo del pastor bueno que va en busca de la oveja perdida; es el signo de la presencia de Jesús en lo más vivo de una comunidad orante para dar eficacia a la oración.
La corrección fraterna
La «corrección fraterna» es algo necesario en cada familia, en cada comunidad. A buen seguro, no resulta fácil usar el tono de la discreción frente al error del que yerra; dan ganas de echárselo en cara, probablemente con la jactancia de ser sinceros. No es fácil usar la paciencia frente a la culpa ajena. Dan ganas de tomar el atajo del juicio, unas veces duro hasta la arrogancia y otras severo hasta la presunción de ser justos.
Y cuando, en una familia o en una comunidad, el que se equivoca se siente asediado por el aliento del juicio, se distancia y se aleja cada vez más. Ya no siente ningún eco de la misericordia de Dios. Haría falta un milagro para volver la mirada hacia su casa. Ahora bien, el primer milagro sugerido por Jesús es la obstinación de la misericordia, que sabe mirar al otro con el coraje de llamarle hermano; que sabe mirar hacia lo alto con el coraje de dirigirse a Dios con el nombre de «Padre» (Tomado de G. Zevini, Lectio Divina (E. Masseroni, La Parola come pone. Il vangelo della domenica. Anno A, San Paolo, Cinisello B. 1998, 173-175).
Reflexión Miércoles 11 de agosto de 2021
Para la reflexión personal
Demos gracias al Señor en nuestra oración de hoy por el don tan grande que significa poder ser perdonados de errores y miserias; ahora, en la oración ante Él, podemos preguntarnos: ¿son hondas y bien preparadas nuestras confesiones?
Tomado de Hablar con Dios, meditación diaria.
Oración
Señor, te damos gracias por el don de La Iglesia, lugar de tu presencia. También agradecemos el privilegio de habitar en tu casa, a pesar de ser indignos por la debilidad de nuestra carne. Pero que grande es tu misericordia que pones en nuestro camino, hermanos que nos brindan la ayuda necesaria, para mantenernos en tu presencia, gracias a la corrección fraterna, cuando nos encontramos en el error. Te damos gracias por el don maravilloso del Sacramento de la Penitencia y te suplicamos, que nunca falten en tu Iglesia sacerdotes santos, dispuestos a impartir este sacramento con amor y dedicación. Ayudanos a nos ser indiferentes, como Caín, ante aquellos hermanos que han faltado o siguen en el error. Amén.
Hoy celebramos la Memoria de
Santa Clara de Asís
Religiosa italiana, colaboradora y amiga de Francisco de Asís, fundadora de la Orden de las monjas clarisas. Fue canonizada en 1255 por el Papa Alejandro IV en la Catedral de Anagni.
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Tema #3: Cristo Dirige Su Palabra A La Iglesia
Por si no lo has visto
Tema #2: Presentación De Cristo A La Comunidad – Curso de Apologética II
Tema #1: Introducción Al Libro De Apocalipsis – Curso de Apologética II
Estoy altamente agradecido por la reflexión del .
Bendiciones