Reflexión Sábado 3 de julio | 13a. Semana Tiempo Ordinario – Año Impar

DETERMINACIÓN PARA SEGUIR AL SEÑOR
Reflexión Sábado 3 de julio

Reflexión Sábado 3 de julio de 2021
Fiesta de santo Tomás, Apóstol
13a. Semana Tiempo Ordinario
Año Impar

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Jn 20,29)
R/. Aleluya, aleluya.

Tomás, tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor. R/.

EVANGELIO

Juan 20, 24-29
¡Señor mío y Dios mío!

Lectura del santo Evangelio según san Juan

Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré».

Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes». Luego le dijo a Tomás: «Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano; métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree». Tomás le respondió: «¡Señor mío y Dios mío!».

Jesús añadió: «Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto». 
R/. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

Su nombre deriva de una raíz hebrea, «ta’am», que significa «mellizo». De hecho, el evangelio de san Juan lo llama a veces con el apodo de «Dídimo» (cf. Jn 11, 16; 20, 24; 21, 2), que en griego quiere decir precisamente «mellizo». El cuarto evangelio, sobre todo, nos ofrece algunos rasgos significativos de su personalidad.

Determinación para seguir al Señor

El primero es la exhortación que hizo a los demás apóstoles cuando Jesús, en un momento crítico de su vida, decidió ir a Betania para resucitar a Lázaro, acercándose así de manera peligrosa a Jerusalén (cf. Mc 10, 32).

En esa ocasión Tomás dijo a sus condiscípulos: «Vayamos también nosotros a morir con él» (Jn 11, 16). Esta determinación para seguir al Maestro es verdaderamente ejemplar y nos da una lección valiosa: revela la total disponibilidad a seguir a Jesús hasta identificar su propia suerte con la de él y querer compartir con él la prueba suprema de la muerte.

En efecto, lo más importante es no alejarse nunca de Jesús. Por otra parte, cuando los evangelios utilizan el verbo «seguir», quieren dar a entender que adonde se dirige él tiene que ir también su discípulo. De este modo, la vida cristiana se define como una vida con Jesucristo, una vida que hay que pasar juntamente con él.

San Pablo escribe algo parecido cuando tranquiliza a los cristianos de Corinto con estas palabras: «En vida y muerte estáis unidos en mi corazón» (2 Co 7, 3).Obviamente, la relación que existe entre el Apóstol y sus cristianos es la misma que tiene que existir entre los cristianos y Jesús: morir juntos, vivir juntos, estar en su corazón como él está en el nuestro.

Hablar a Jesús con Confianza

Una segunda intervención de Tomás se registra en la última Cena. En aquella ocasión, Jesús, prediciendo su muerte inminente, anuncia que irá a preparar un lugar para los discípulos a fin de que también ellos estén donde él se encuentre; y especifica: «Y adonde yo voy sabéis el camino» (Jn 14, 4).

Entonces Tomás interviene diciendo: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» (Jn 14, 5). En realidad, al decir esto se sitúa en un nivel de comprensión más bien bajo; pero esas palabras ofrecen a Jesús la ocasión para pronunciar la célebre definición: «Yo soy el camino, la verdad y la vida» (Jn 14, 6).

Por tanto, es en primer lugar a Tomás a quien se hace esta revelación, pero vale para todos nosotros y para todos los tiempos. Cada vez que escuchamos o leemos estas palabras, podemos ponernos con el pensamiento junto a Tomás e imaginar que el Señor también habla con nosotros como habló con él.

Al mismo tiempo, su pregunta también nos da el derecho, por decirlo así, de pedir aclaraciones a Jesús. Con frecuencia no lo comprendemos. Debemos tener el valor de decirle: no te entiendo, Señor, escúchame, ayúdame a comprender. De este modo, con esta sinceridad, que es el modo auténtico de orar, de hablar con Jesús, manifestamos nuestra escasa capacidad para comprender, pero al mismo tiempo asumimos la actitud de confianza de quien espera luz y fuerza de quien puede darlas.

La Profesión de fe.

Luego, es muy conocida, incluso es proverbial, la escena de la incredulidad de Tomás, que tuvo lugar ocho días después de la Pascua (Cfr. Jn 20, 25). En el fondo, estas palabras ponen de manifiesto la convicción de que a Jesús ya no se le debe reconocer por el rostro, sino más bien por las llagas. Tomás considera que los signos distintivos de la identidad de Jesús son ahora sobre todo las llagas, en las que se revela hasta qué punto nos ha amado. En esto el apóstol no se equivoca..

Como sabemos, ocho días después, Jesús vuelve a aparecerse a sus discípulos y en esta ocasión Tomás está presente. […] Tomás reacciona con la profesión de fe más espléndida del Nuevo Testamento: «Señor mío y Dios mío» (Jn 20, 28). El evangelista prosigue con una última frase de Jesús dirigida a Tomás: «Porque me has visto has creído. Bienaventurados los que crean sin haber visto» (Jn 20, 29).

[…] El caso del apóstol Tomás es importante para nosotros al menos por tres motivos: primero, porque nos conforta en nuestras inseguridades; en segundo lugar, porque nos demuestra que toda duda puede tener un final luminoso más allá de toda incertidumbre; y, por último, porque las palabras que le dirigió Jesús nos recuerdan el auténtico sentido de la fe madura y nos alientan a continuar, a pesar de las dificultades, por el camino de fidelidad a él. (Papa Emérito Benedicto XVI. Audiencia General. Miércoles 27 de septiembre de 2006)

Reflexión Sábado 3 de julio de 2021

Fray Nelson Medina, O.P.
Reflexión Sábado 3 de julio de 2021.
Difícil de convencer, pero abierto a la verdad.
FIESTA DE SANTO TOMÁS, APÓSTOL
La ruta de Santo Tomás la ha seguido a la Iglesia, difícil de convencer, pero abierta a la verdad.
Para la reflexión personal

Jesús le contestó: Porque me has visto has creído; bienaventurados los que sin ver creyeron. Y comenta el Papa Juan Pablo II: «Esta es la fe que nosotros debemos renovar, siguiendo la estela de incontables generaciones cristianas que a lo largo de dos mil años han confesado a Cristo, Señor invisible, llegando incluso al martirio». Juan Pablo II, Homilía 9-IV-1983 tomado de Hablar con Dios

Oración

En esta fiesta de Santo Tomás te rogamos así: Nuestros ojos no han visto a tu Hijo Jesucristo y nuestros dedos no han tocado las cicatrices de tus heridas; sin embargo, creemos, y por eso hemos venido a orar juntos en su nombre. Haz profunda y duradera nuestra fe en él; que el Espíritu aliente nueva vida en nosotros y nos haga mirar con ojos nuevos a la gente y al mundo, de forma que les llevemos el amor, la paz y la justicia de Jesucristo, nuestro Señor resucitado, Amén.


Hoy celebramos la Fiesta de
Santo Tomás, apóstol
Apóstol del Señor, conocido principalmente por ser protagonista de un pasaje del Evangelio de San Juan en el cual primero duda de la resurreción del Señor y después lo reconoce. Según la tradición predicó fuera de los confines del Imperio romano, en Persia e India donde fundó la primera comunidad cristiana

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